Estoy agradecido al Ejército del Mehdi y ahora me encuentro bien". El periodista James Brandon, de 23 años, fue secuestrado el pasado jueves en la habitación de su hotel en Basora (sur de Irak) por varios hombres armados que lo liberaron ayer y lo trasladaron a las oficinas del clérigo shií Moktada al Sadr en esa ciudad. Este secuestro acabó mejor que el del ciudadano egipcio Mohamed Fauzi Metwalli, cuya decapitación aparece en una web. Los verdugos son miembros del grupo Monoteísmo y Guerra Santa, liderado por Abú Musab al Zarqaui, representante de Al Qaeda en Irak.

El periodista, que trabaja como colaborador de The Sunday Telegraph , recobró la libertad después de la intervención de representantes del clérigo, cabecilla de la revuelta de Nayaf. Ayer por la mañana, desde el mausoleo del imán Alí en la ciudad santa iraquí, Sheik Akram al Kaabi, uno de los portavoces de Moktada al Sadr, pidió la "liberación inmediata" de Brandon.

Mientras, en Bagdad, otro de los ayudantes del clérigo radical shií, Hazem al Araji, declaró a los medios: "Los autores del secuestro no parecen pertenecer al Ejército del Mehdi pero, si son algunos de sus miembros, entonces están desobedeciendo las órdenes de Moktada al Sadr, que ha condenado concretamente el secuestro de periodistas".

LAS EXIGENCIAS En un vídeo que los secuestradores de Brandon obligaron grabar a un cámara de la agencia de noticias Reuters, el periodista aparecía junto a uno de los agresores, que amenazaban con asesinarle si las tropas de Estados Unidos no se retiraban de la ciudad de Nayaf en menos de 24 horas.

El periodista británico fue entregado en las oficinas de los seguidores de Al Sadr en Basora, donde ofreció una breve conferencia a sus compañeros de la prensa, en la que agradeció al líder shií y a sus captores su puesta en libertad. "Estoy inmensamente agradecido", dijo James Brandon, que compareció ante la prensa con aspecto cansado y una fuerte contusión en la cara.

Mientras en Londres respiraban aliviados, en El Cairo se sobresaltaban con la noticia de la decapitación de un ciudadano egipcio a manos de tres hombres con el símbolo del grupo terrorista de Zarqaui, a cuya cabeza Estados Unidos ya le ha puesto precio: 25 millones de dólares (20,5 millones de euros).

"ESPIA DE EEUU" En el vídeo, colgado en una página de internet, la víctima dice trabajar "como espía para EEUU en Irak". "También llevaba mujeres al aeropuerto para que los americanos abusaran de ellas", añade. Cuando la confesión termina, tres hombres saltan sobre él y lo decapitan con un largo cuchillo.