"Es necesario saber la verdad pero no es suficiente; los responsables (de la muerte del periodista Jamal Khashoggi) deben ser juzgados y castigados, de ahí la importancia de esta denuncia. Son las palabras de Hatice Cengiz, novia del periodista asesinado, en el transcurso de la conferencia de prensa internacional donde la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) ha anunciado la presentación de una denuncia ante el fiscal general de Alemania contra el príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salman, y otros funcionarios saudís de alto rango por crímenes contra la humanidad. La denuncia expone el carácter generalizado y sistemático de la persecución de periodistas en Arabia Saudí y, en particular, la detención arbitraria de 34 de ellos, además del asesinato de Khashoggi, que conmocionó al mundo. La denuncia, un documento de más de 500 páginas en alemán contra cinco acusados de crímenes contra la humanidad, da cuenta de casos de 35 periodistas saudís: el del columnista saudí asesinado Jamal Khashoggi y los de 34 periodistas que han sido encarcelados en el país, de los que 33 continúan actualmente en prisión y entre los que se cuenta el bloguero Raif Badawi.

La presentación de la denuncia se produce pocos días después de que EEUU hiciera público un informe de los servicios de inteligencia con la conclusión de que el príncipe heredero saudí está implicado de lleno en la organización del asesinato del periodista, llevado a cabo por sicarios en la embajada de Arabia Saudí en Estambul. Sin embargo, RSF ha calificado esta afinidad temporal como mera coincidencia ya que el medio millar de páginas de documentación de la denuncia llevan mucho tiempo elaborándose.

Cinco sospechosos

La denuncia identifica a cinco sospechosos principales -el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman, su asesor cercano Saud Al-Qahtani y otros tres altos funcionarios saudís-, por su responsabilidad en la organización o la ejecución del asesinato de Khashoggi, así como por su participación en el desarrollo de una política de Estado destinada a agredir y silenciar a los periodistas. "Los responsables de la persecución de periodistas en Arabia Saudí, y especialmente del asesinato de Jamal Khashoggi, deben responder por sus crímenes", ha declarado el secretario general de RSF, Christophe Deloire para añadir: Dado que estos graves delitos contra los periodistas se siguen cometiendo, pedimos al Fiscal alemán que actúe y abra una investigación sobre los crímenes que hemos revelado. Nadie debería estar por encima de la ley, especialmente cuando se trata crímenes contra la humanidad. La urgente necesidad de justicia no ha hecho más que demorarse", ha añadido."La apertura oficial de una investigación criminal en Alemania sobre los crímenes de lesa humanidad en Arabia Saudí sería una iniciativa pionera a nivel mundial", señala el director de RSF Alemania, Christian Mihr. Solicitamos al Fiscal General que haga un análisis de situación con vistas a iniciar, de manera oficial, una investigación fiscal y órdenes de arresto", añade.

Predisposición de Alemania

RSF considera que el sistema judicial alemán es el más adecuado para presentar una denuncia de este tipo, ya que las leyes alemanas le otorgan jurisdicción sobre los principales delitos internacionales cometidos en el extranjero, y también porque los tribunales alemanes ya han demostrado su disposición y voluntad de enjuiciar a criminales internacionales. Además, el Gobierno alemán ha expresado repetidamente su gran interés en lograr justicia en los casos de Jamal Khashoggi y Raif Badawi, y Alemania ha demostrado su compromiso con la defensa de la libertad de prensa y la protección de los periodistas en todo el mundo. Jamal Khashoggi fue asesinado en el consulado saudí en Estambul en octubre de 2018. Las autoridades saudís reconocieron oficialmente que el asesinato fue cometido por agentes saudís, pero se negaron a asumir ninguna responsabilidad por lo que denominaron un "acto de matones". Algunos de los agentes que participaron en la operación fueron procesados y condenados en Arabia Saudí durante un juicio a puerta cerrada que quebrantó todas las normas internacionales para un juicio justo. En cuanto a los principales sospechosos, siguen totalmente fuera del alcance de la justicia.Aparte del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman, de quien se sospecha que ordenó directamente el asesinato de Khashoggi y que es el principal responsable de la persecución de periodistas en Arabia Saudí, los otros cuatro sospechosos que figuran en la denuncia son: Saud Al-Qahtani, asesor cercano al príncipe heredero que participó directamente en la planificación y ejecución del asesinato, así como en la aplicación de la política de persecución de periodistas en Arabia Saudí; Ahmad Mohammed Asiri, (ex) subdirector de inteligencia y sospechoso de supervisar el asesinato; Mohammad Al-Otaibi, cónsul general en Estambul en el momento del asesinato, y Maher Abdulaziz Mutreb, funcionario de inteligencia que dirigió el equipo que torturó, mató y e hizo desaparecer a Jamal Khashoggi.Durante los dos años que han seguido al asesinato de Khashoggi, RSF ha desplegado una amplia labor de movilización ante las autoridades saudís con el fin de recuperar su cuerpo, lograr justicia por su asesinato y liberar a todos los periodistas actualmente detenidos arbitrariamente en Arabia Saudí. Sin embargo, las autoridades saudís han incumplido sistemáticamente con sus obligaciones internacionales. Arabia Saudí ocupa el puesto 170 entre 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF.