La represión militar contra la población civil, que ayer continuaba manifestándose en las calles de Sudán, ha causado al menos 100 muertos, según informó el Comité Central de Médicos de Sudán, un sindicato opositor. La misma fuente dijo que 40 personas habían sido lanzadas al río Nilo tras haber sido brutalmente golpeadas -algunas con heridas de machete- y tiroteadas. Todas ellas forman parte de los fallecidos. El número de heridos ingresados en los hospitales superaba ayer los 300.

El ataque contra los manifestantes orquestado por las fuerzas de seguridad sudanesas empezó el lunes y se centró en la acampada de protesta que mantenía la oposición desde hace más de dos meses frente al Ministerio de Defensa en Jartum, la capital del país. El Ejército sudanés, que ostenta el poder desde el derrocamiento del presidente Omar al Bashir el pasado 11 de abril, irrumpió a tiros en la acampada -epicentro de la revolución-, donde estaban concentradas miles de personas para protestar contra los militares y a favor de una transición representada por una autoridad civil. La oposición denuncia que los autores de la matanza son miembros de la milicia Janjaweed, conocida por sus atrocidades en Darfur en el 2003. Un día después de romper los acuerdos con la oposición y de anunciar elecciones en un plazo de nueve meses, el jefe militar de Sudán, Abdel Fattah Al Burhan, apoyado por Arabia Saudí, dijo estar listo para reanudar las conversaciones para una transición democrática. Varias fuerzas de la oposición mostraron su aversión a la convocatoria de elecciones antes de acometer las reformas necesarias para desmontar las estructuras de Estado del régimen de Al Bashir y antes de que se juzgue a los responsables de su Gobierno.

En un mensaje televisado durante la transmisión del Eid al Fitr, el fin del Ramadán, Burhan rindió homenaje al levantamiento popular que comenzó en diciembre y culminó con el derrocamiento militar y el arresto de Al Bashir, tras tres décadas en el poder. «Nosotros, en el Consejo Militar Transitorio, extendemos nuestras manos a negociar sin cadenas, excepto los intereses de la patria», señaló Burhan. La oposición denunció la «sangrienta masacre» llevada a cabo por el Ejército que cortó tanto internet como la emisión de todas las cadenas de radio de la capital.