Por una vez, los elogios de Juan Pablo II a la política conservadora de Bush --sobre todo en temas como el aborto-- se han visto eclipsados por los reproches del Papa al presidente. Y es que las imágenes de las torturas en Abú Graib han impresionado al Pontífice, quien ya puso todo su empeño en tratar de evitar la guerra ilegal de Irak. Bush buscaba en el Vaticano votos católicos en casa --especialmente en Ohio y Pennsylvania-- y sólo halló una merecida reprimenda.*Periodista.