Al menos 22 personas, muchos de ellos ciudadanos extranjeros, murieron durante el ataque de activistas de Al Qaeda contra complejos residenciales y sedes de compañías petroleras, y la posterior operación de rescate, en Jobar, al este de Arabia Saudí, según un comunicado emitido ayer por el Ministerio de Interior saudí. Fuerzas especiales saudís desembarcaron al amanecer en helicóptero sobre el complejo residencial donde se habían atrincherado los secuestradores y desalojaron el edificio, aunque tres terroristas lograron huir. En un nuevo mensaje publicado ayer en internet, la organización de Osama bin Laden reiteró su voluntad de "limpiar la península Arábiga de infieles".

Nueve de los muertos, entre ellos un ciudadano italiano y un sueco, fueron degollados por los asaltantes mientras intentaban huir, según testigos presenciales. El embajador saudí en EEUU reveló que otros siete secuestrados norteamericanos fueron liberados y se encuentran sanos y salvos. El Gobierno saudí no precisó si había miembros de las fuerzas de seguridad entre las víctimas, aunque se especulaba con que siete agentes saudís también perdieron la vida en la refriega.

DETENIDO EL LIDER Durante la operación de rescate fue apresado el líder del grupo atacante, cuya identidad no fue desvelada. Tan solo se sabe que está incluido en una lista negra con los 18 terroristas islamistas más buscados en Arabia Saudí. En cambio, otros tres extremistas lograron huir utilizando a los rehenes como escudos humanos. Fuentes saudís, bajo condición de anonimato, admitieron que durante la operación de rescate murieron varios rehenes, aunque el comunicado del Ministerio de Interior precisó que 41 rehenes fueron liberados.

El drama de 25 horas que se desarrolló en Jobar comenzó el sábado por la mañana. Un exrehén jordano relató a la agencia France Presse que se disponía a abandonar su habitación, que compartía con un compatriota, cuando dos secuestradores tocaron a su puerta. "Los dos secuestradores, de unos 20 o 21 años, se comportaban con calma y nos recomendaron que nos dejáramos crecer la barba y que nos vistiéramos con un hábito islámico para así confirmar nuestra pertenencia al islam", explicó el testigo.

Los cuatro asaltantes, que llegaron a bordo de vehículos con distintivos militares, comenzaron por abrir fuego contra sedes de petroleras occidentales y complejos residenciales, antes de atrincherarse en uno de ellos, denominado El Oasis .

Nada más despuntar el alba, cuatro helicópteros depositaron a una cuarentena de agentes de fuerzas especiales saudís sobre el edificio. Según fuentes diplomáticas saudís, las fuerzas de seguridad optaron por asaltar el complejo El Oasis cuando los secuestradores habían comenzado a matar a rehenes.