Por séptima vez desde que el presidente de EEUU, George Bush, declarase en mayo el final de las operaciones militares de envergadura en Irak, los insurgentes abatieron ayer un helicóptero norteamericano. Un piloto pereció y otro resultó herido después de que un helicóptero OH-58 de observación se estrellase en las proximidades de Faluya, tras ser atacado por la guerrilla, según tuvo que admitir anoche el Mando Central de EEUU. Mientras, la localidad norteña de Kirkuk vivió otra jornada de violencia interétnica, en la que se registró un muerto y un herido.

Un agente de la policía iraquí en Faluya, de nombre Mohamed Abdulaziz, fue testigo del incidente. "Realizaba una patrulla conjunta con soldados de EEUU para buscar y desactivar minas cuando vi un helicóptero, que había sido alcanzado por un misil, dando tumbos en el cielo", dijo a la agencia Reuters. Primero, EEUU se limitó a decir que el incidente estaba "siendo investigado", y luego admitió que el OH-58 había sido derribado por fuego enemigo.

VIOLENCIA INTERETNICA Al margen de los embates de la resistencia, un nuevo foco de preocupación se ha venido a añadir en los últimos días a los frentes que ya estaban abiertos para las fuerzas ocupantes en Irak: los enfrentamientos entre kurdos por un lado, y turcomanos y árabes, por otro, por el control de la rica ciudad petrolera de Kirkuk.

Los dos partidos kurdos presentes en el Consejo de Gobierno iraquí tutelado por las fuerzas ocupantes aspiran a conseguir una generosa autonomía en tres provincias del norte de Irak, que incluiría Kirkuk. Durante la noche del jueves, un hombre murió y otro sufrió heridas en choques entre manifestantes y la policía local.

Mosul, también situada en el norte del país, registra desde el pasado mes de octubre una cadena de asesinatos de notables y personalidades prominentes que tienen vínculos con las fuerzas ocupantes, sin que la policía haya podido averiguar la identidad de los responsables. El último en caer fue Abdul Jabar Mustafá, decano del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Mosul, que fue asesinado a puñaladas por un grupo de jóvenes que había acudido a su casa y había requerido su presencia. El cuerpo sin vida de Abdul Jabar Mustafá fue hallado el jueves.

La policía sostiene que todas las víctimas habían aceptado colaborar con las fuerzas ocupantes, lo que le lleva a pensar que se trata de una táctica de los insurgentes para "desestabilizar la situación, aterrorizar y disuadir" a los iraquís que aceptan la ocupación de su país.

Ya entrada la noche, en Bagdad pudieron oírse durante más de media hora potentes explosiones provocadas por las fuerzas ocupantes que atacaban reductos guerrilleros.