La nueva Unión Europea (UE) ampliada se enfrenta a un doble reto económico y político: la integración de 10 nuevos países con un nivel de renta medio equivalente al 47% de los viejos socios comunitarios y la continuación del proceso de construcción europea con 25 estados con tradiciones políticas y culturales muy diferentes.

La pretensión de Alemania, Gran Bretaña, Francia, Holanda, Suecia y Austria de congelar el gasto comunitario anual al 1% de la riqueza de la UE, el mismo nivel que cuando sólo había 15 estados miembros, supone la primera amenaza sobre la viabilidad de la UE ampliada. Esa limitación en el gasto impediría a la UE mantener sus actuales políticas y desarrollar las nuevas tareas en las áreas de modernización económica, justicia e interior, defensa y política exterior.

Batalla financiera

La batalla para definir el presupuesto comunitario de la UE ampliada a partir del 2007 comenzará en las próximas semanas y será de una dureza extrema. Los seis países ricos pretenden que España, Portugal y Grecia paguen la factura de la ampliación, mediante un recorte drástico de las ayudas regionales que reciben como países más pobres, hasta ahora, de la UE.

El objetivo de los seis ricos es destinar esos fondos a los países del Este, para no tener que incrementar su contribución al presupuesto comunitario, pese a que ellos serán los principales beneficiarios de la ampliación y de los nuevos mercados que aporta.

España exige que se mantenga un nivel de ayudas adecuado para sus regiones pobres, parte de las cuales sólo dejarán de serlo por el mero efecto estadístico de la ampliación. Los nuevos miembros del Este, por su parte, temen recibir una ayuda insuficiente para la urgente modernización de sus países, que padecen tasas de paro elevadas, que llegan a superar el 19% en Polonia.

Los bajos sueldos en el Este, junto a la cualificación industrial de su mano de obra y las generosas ofertas fiscales a las empresas, han provocado ya un proceso de deslocalización de industrias de los Quince hacia nuevos socios orientales. Este fenómeno podría intensificarse ahora que ya son miembros de la UE y generar tensiones con los miembros antiguos. La integración de los nuevos países en el euro será una tarea ardua que requerirá años de ajustes y rigor económico.

Aprobar la Constitución

A nivel político, la primera tarea de la UE ampliada es aprobar el proyecto de Constitución europea para evitar la parálisis de las instituciones comunitarias y dar un nuevo impulso al proceso de integración política.

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