El rey Fahd de Arabia Saudí ofreció ayer una amnistía a los integristas islamistas. "Proclamamos, por última vez, una amnistía ... a todos aquellos que han cometido un crimen en nombre de la religión", declaró el príncipe Abdalá, que lleva de facto las riendas del país por la enfermedad de su hermano. "Todo el que aún no ha sido detenido después de las operaciones de terrorismo tiene ahora otra oportunidad para arrepentirse ante Dios y entregarse de forma voluntaria en un plazo que no supere un mes", proclamó.Esta amnistía se produce cinco días después de que las fuerzas de seguridad saudís mataran al que estaba considerado jefe de Al Qaeda en el país, Abdelaziz al Muqrin, horas después de que los integristas decapitaran al estadounidense Paul Johnson. El grupo terrorista inició la campaña de violencia hace ya un año. Desde entonces ha atentado contra empresas petrolíferas y edificios gubernamentales.Osama bin Laden, que nació en Arabia Saudí, tiene numerosos seguidores en el país. Casi la mitad de los saudís apoya el discurso del terrorista, según un sondeo efectuado el otoño pasado y difundido la semana pasada. A un 5% le gustaría incluso que el líder de Al Qaeda gobernara el país.
