Todavía no hay decisión formal, se adoptará previsiblemente la próxima semana en el Consejo de ministros de Justicia e Interior de la UE que se celebrará en Bruselas, pero la presión diplomática ejercida por las autoridades de Arabia Saudí y Estados Unidos está a punto de lograr su objetivo: bloquear la primera lista negra de terceros países con alto riesgo de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.

Los gobiernos de la UE desautorizaron ayer la propuesta, que fue presentada a mediados de febrero por la Comisión Europea y que incluye 23 jurisdicciones, entre ellas Arabia Saudí, cuatro territorios dependientes de Washington como Islas Vírgenes americanas, Guam, Samoa americana y Bahamas, Yemen, Panamá, Afganistán, Libia, Nigeria o Pakistán entre otros países. El argumento esgrimido, según fuentes diplomáticas, es que el proceso seguido para elaborar ese listado no ha sido transparente.

Una justificación que en los pasillos del Ejecutivo comunitario consideran más bien un «pretexto» ya que la metodología seguida a la hora de elaborar la lista fue publicada en junio del año pasado y fue resultado de consultas y concertación con los estados miembros que ahora reprueban el proceso. Por eso, consideran más bien que se trata del resultado de la presión política que han ejercido en las últimas semanas Arabia Saudí, Estados Unidos y el Reino Unido, con el apoyo de Francia y Alemania, que habrían conseguido en última instancia movilizar al resto de países en una especie de efecto «bola de nieve».

Según confirmaron fuentes europeas, 27 de los 28 estados miembros, entre ellos España, notificaron finalmente su objeción al plan, aunque no se emitió ninguna nota. La salvedad fue Bélgica, que tiene un gobierno en funciones. De confirmarse oficialmente el bloqueo, la Comisión Europea se verá obligada a recomenzar el trabajo y presentar una nueva propuesta ya que la directiva contra el blanqueo y la financiación del terrorismo aprobada por los 28 exige a la UE la creación de este instrumento.

También el Parlamento Europeo debe pronunciarse, y aunque hay eurodiputados a los que les hubiera gustado más ambición, el Ejecutivo comunitario había recibido «señales» de que la lista superaría el trámite parlamentario. Hasta ahora la Eurocámara había sido la institución que más problemas había puesto en el pasado por falta de ambición. «Ahora son los gobiernos a los que les parece que es ir demasiado lejos», advierten las fuentes consultadas.

La lista se creó en base a criterios mucho más estrictos que los empleados por el grupo de acción financiera contra el blanqueo de capitales (FATF) que usa los estándares generales. El listado incluye únicamente 11 territorios -Bahamas, Botsuana, Corea del Norte, Etiopía, Ghana, Irán, Pakistán, Sri Lanka, Siria, Trinidad y Tobago, Túnez y Yemen-, entre los que no están Arabia Saudí ni ninguno de las jurisdicciones americanas.

INFLEXIÓN / El punto de inflexión se produjo la semana pasada durante la cumbre entre la UE y la Liga Árabe que tuvo lugar en la localidad de Sharm el Sheik (Egipto). El rey Salmán de Arabia Saudí aprovechó la cita para abordar el asunto con la primera ministra británica, Theresa May. Además, las autoridades saudís también entregaron a todos los gobiernos europeos -a través de sus embajadores- una carta alertando de las consecuencias que representarían para las relaciones económicas incluir a su país en el listado.

«El Consejo debía decidir entre avanzar en la seguridad de la ciudadanía y combatir los canales de financiación del crimen internacional o mantener unas buenas relaciones diplomáticas y comerciales con países que no respetan los Derechos Humanos y permiten la financiación de actividades criminales. Han optado por esta segunda opción, cosa que nos parece escandalosa», objetó Ernest Urtasun, eurodiputado de Catalunya en Comú. Urtasun calificó de «vergonzosa» la postura de los gobiernos miembros de la UE por haber cedido a la presión ejercida por las autoridades saudís.