Más de cincuenta empleados de Amazon en su planta de Robbinsville (Nueva Jersey) se vieron afectados el pasado miércoles por otro accidente laboral que salpica a la compañía. Un robot perforó accidentalmente una lata de repelente para osos y 24 trabajadores han sido hospitalizados, uno de ellos en estado crítico.

El accidente se produjo en uno de sus centros, que cuenta con más de 120.000 metros cuadrados. La sustancia que contenía el spray de unos 270 mililitros cayó sobre los trabajadores ya que se encontraban en un espacio cerrado.

Según declaraciones de Amazon a la cadena ABC, los 24 empleados hospitalizados fueron enviados a cinco hospitales locales el pasado miércoles. Uno de los trabajadores estaba en condición crítica, y se trataron a una treintena más de afectados en el mismo centro.

La sustancia del repelente para osos es parecida a la del gas pimienta y está pensada para provocar ceguera temporal e incluso incapacitar al animal en caso de ataque. Sus efectos sobre humanos son parecidos.

La población de Robbinsville, en la costa atlántica norte de Estados Unidos, no se vió afectada y el centro fue desalojado esa misma tarde. Fuentes de Amazon aseguraron que sólo perjudicó al ala sur de la tercera planta, lugar donde ocurrió el accidente.

Los empleados de Amazon no están sindicalizados pero la Unión de Venta al por menor, al por mayor y en grandes almacenes (RWDSU, por sus siglas en inglés) se ha pronunciado alertando del riesgo que suponen los robots para los trabajadores humanos.

Los robots automatizados de Amazon ponen la vida de los humanos en peligro, estos efectos pueden ser catastróficos y desconocemos cuál puede ser la afectación a largo plazo para estos empleados, afirmó su presidente Stuart Appelbaum en una declaración.

Appelbaum aseguró que su sindicato trabajará para que la compañía más rica del mundo rinda cuentas por sus peligrosas prácticas laborales.

No es la primera vez que Amazon protagoniza titulares por estos motivos. En abril, el Consejo Nacional para la Salud y Seguridad Laboral (COSH) colocó a la compañía de Jeff Bezos como número uno en su lista anual de empresas más peligrosas para sus trabajadores.

Desde 2013, han muerto siete empleados de Amazon mientras se encontraban en sus puestos de trabajo. Tres de las víctimas murieron en un período de tiempo de cinco semanas en 2017.

La otra cara de Amazon se ha visto en muchos casos de accidentes laborales donde la empresa ha dejado de lado a los trabajadores afectados. La historia de Vickie Shannon Allen dio la vuelta al mundo tras conocerse que, a raíz del accidente que sufrió mientras trabajaba en Amazon, se había convertido en una sintecho.