Después de casi 20 años, España volverá a tener presencia en la parte alta de la jerárquica estructura de Naciones Unidas. Tras un proceso de negociaciones que no siempre ha resultado fácil y que empezó a principios de año, ayer, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, envió una carta al presidente de turno del Consejo de Seguridad, el paquistaní Munir Akram, proponiendo el nombre del actual embajador de España en Washington, Javier Rupérez, como presidente del Comité Contra el Terrorismo (CCT). Aunque aún hace falta que se produzcan ciertos pasos burocráticos, el nombramiento está prácticamente asegurado, pues ha sido consensuado antes de llegar a esta fase final.

"El nombramiento de Rupérez será una buena noticia para la lucha contra el terrorismo y para España en particular", declaró el hasta ahora embajador de España en la ONU, Inocencio Arias, que ha encabezado desde el principio la batalla diplomática por lograr la representación de España en el nuevo órgano antiterrorista de la ONU. En esa pelea, iniciada durante la Administración de José María Aznar, se han comprometido también desde su nombramiento el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que escribió una carta a Annan abogando por Rupérez para el cargo.

La carta de ayer de Annan es clave, pues marca definitivamente el apoyo del secretario general a un nombramiento para un órgano nuevo que forma parte de la estructura permanente de la ONU y que asume competencias que hasta su creación tenía el propio secretariado.