Suma y sigue en la escalada de tensión entre Ucrania y Rusia. Dmitri Kozak, vicejefe de la Administración Presidencial y representante especial del Kremlin para el conflicto del Donbás, ha amenazado con atacar al Estado vecino en defensa de los residentes en el este ucraniano, a quienes denominó como ciudadanos rusos. Mientras tanto, la cancillera alemana, Angela Merkel, ha demandado al presidente ruso, Vladímir Putin, la retirada de los efectivos militares rusos desplegados en las proximidades de la frontera ucraniana en los últimos días.

"Todo va a depender de la escalada de fuego; si se produce, como dice nuestro presidente, una Srebrenica, aparentemente tendremos que entrar para defenderlos", ha advertido Kozak, un personaje muy cercano a Vladímir Putin. Srebrenica es una ciudad de Bosnia y Herzegovina donde se produjo en 1995 la matanza de 7.000 hombres y jóvenes varones musulmanes a manos de las tropas serbobosnias. Pese a que Rusia no se ha anexionado oficialmente las regiones ucranianas de Donetsk y Luhansk, sí ha distribuido cientos de miles de pasaportes entre sus habitantes, lo que, a ojos de Moscú, los convierte en ciudadanos de la Federación Rusa. "El inicio de una acción militar (ucraniana) sería el inicio del fin de Ucrania", ha prevenido, sin medias tintas, el alto funcionario ruso.

Para intentar reducir la tensión, Merkel ha mantenido una conversación telefónica en la que le ha demandado la retirada de las decenas de miles de soldados rusos desplegados recientemente en las proximidades de la frontera con Ucrania, según una declaración emitida por el Gobierno alemán. Putin le ha respondido responsabilizando a la parte ucraniana de "provocaciones".