Mijail Jodorkovski, el expresidente de la mayor petrolera rusa, Yukos, y el empresario más rico de Rusia, se sentó ayer en el banquillo en la primera audiencia del juicio por presunta evasión de impuestos, falsificación de documentos y fraude a gran escala, por lo que puede ser condenado a 10 años de prisión. La vista preliminar, en el tribunal del distrito Meschanski de Moscú, se celebró a puerta cerrada.

En la sala estaban presentes los padres de Jodorkovski. Marina Jodorkovskaia, madre del exmagnate petrolero, declaró a los periodistas que su hijo "se da cuenta perfectamente de que es posible que le condenen a 10 años de prisión y está preparado para afrontarlo". El abogado de Jodorkovski, Guenrij Padva, afirmó que su cliente no se reconoce culpable.

Tras varios minutos de debate entre el juez y los abogados, el tribunal decidió aplazar la audiencia hasta el 8 de junio, al declarar que el acusado había recibido una "versión incompleta" de la acusación formal.