Rusia ha declarado una guerra sin cuartel a los terroristas en respuesta a la masacre de Beslán. El jefe del Estado Mayor, el general Yuri Baluyevski, anunció ayer que el Ejército ruso aniquilará bases terroristas en cualquier país del mundo si representan una amenaza para los intereses nacionales de Rusia.

"En cuanto a los ataques preventivos contra bases terroristas, haremos todo lo necesario para liquidarlas en cualquier región del mundo", advirtió Baluyevski. La elección de los "medios de ataque dependerá de la situación específica en cada región", afirmó, pero precisó que "no se trata de ataques nucleares".

El presidente ruso, Vladimir Putin, ya hizo unas declaraciones similares en octubre del 2002, tras la toma del Teatro Dubrovka de Moscú por un comando checheno. Putin dijo entonces que las Fuerzas Armadas rusas necesitan una reforma para poder alcanzar a los terroristas en cualquier parte del mundo. Sin embargo, Moscú se limitó a intensificar la ofensiva en Chechenia.

Coincidiendo con las declaraciones de Baluyevski, el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) ofreció 300 millones de rublos (unos 8,5 millones de euros o 1.414 millones de pesetas) por cualquier información que haga posible localizar y "neutralizar" a los líderes chechenos Shamil Basayev y Aslán Masjadov. Las autoridades rusas les acusan de organizar la toma de rehenes en la escuela de Beslán que, según datos oficiales, se saldó con 336 muertos, entre ellos 156 niños.

GARANTIA DE ANONIMATO El FSB aseguró que garantiza el anonimato y la seguridad de las personas que proporcionen información, para lo que facilitó un número telefónico en Moscú y tres números en Chechenia.

En el informe que presentó ayer a Putin, el fiscal general ruso, Vladimir Ustinov, no dio ayer ninguna explicación sobre la identidad de los 31 secuestradores muertos y del único superviviente, ni estableció ninguna relación directa con Chechenia. Según informaciones anteriores de la fiscalía, algunos de los participantes en la toma de rehenes habían actuado en un importante ataque organizado por Basayev en Ingushetia, el pasado 22 de junio.

Ustinov señaló que el único secuestrador capturado tras la masacre de Beslán ha revelado que el líder del comando, a quien llamaban "el coronel", utilizaba métodos brutales para controlar a los demás secuestradores y llegó a matar a tres de ellos. Al intentar volver a conectar sus bombas, uno de los artefactos estalló, lo que provocó el asalto a la escuela.

Refiriéndose a la recompensa ofrecida, Taus Dzhabrailov, presidente del Consejo de Estado de Chechenia, declaró a Interfax: "Es una suma muy importante y entre los propios combatientes chechenos habrá quien querrá ganar este dinero".

Mientras, el presidente de Osetia del Norte, Alexandr Dzasojov, cedió ayer a la presión de los manifestantes que exigen la dimisión del Gobierno osetio. "En los próximos dos días, se dictará el decreto de destitución del Gobierno", dijo a los participantes de un mitin cerca de la sede del Ejecutivo. Dzasojov explicó la decisión de destituir a sus ministros; en cuanto a su propia dimisión, declaró: "Lo estoy pensando y tomaré una decisión". Desde un balcón del tercer piso de la Casa del Gobierno en la capital norosetia, Vladikavkaz, Dzasojov informó a los manifestantes de que una "comisión estatal" llegará el próximo sábado a Osetia para investigar todas las circunstancias del ataque terrorista.

BRUSELAS MINIMIZA La Comisión Europea intentó minimizar el alcance de las palabras de Baluyevski. El portavoz del comisario de Relaciones Exteriores, Chris Patten, subrayó que procedían de un general, no del presidente Putin, informa Eliseo Oliveras. Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, propuso un minuto de silencio en las escuelas europeas el próximo martes en memoria de los niños.