Rusia y Estados Unidos cruzaron ayer las espadas y recordaron la retórica de la guerra fría al intercambiar acusaciones en torno a la crisis de Ucrania. El Kremlin advirtió a la Casa Blanca y, en general, a Occidente contra cualquier interferencia en la antigua república soviética.

La reunión de ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que se celebró en Sofía, acabó sin la habitual declaración final tras la negativa de Moscú a apoyar el texto. En respuesta, EEUU criticó las carencias del Estado de derecho en Rusia y la falta de libertad de los medios de comunicación.

La OSCE denunció el fraude en las elecciones presidenciales del 21 de noviembre en Ucrania. En respuesta, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, acusó ayer a esta organización de usar unos criterios de supervisión electoral para las antiguas repúblicas soviéticas y otros, distintos, para el resto de miembros.

DOBLE RASERO "Debemos evitar la práctica cada vez más nociva de los dobles raseros en la evaluación de los procesos electorales. No debemos permitir que la supervisión de la OSCE se convierta en un instrumento político", dijo Lavrov en la reunión.

El secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, rechazó la acusación y expresó su preocupación por el Estado de derecho y la libertad de los medios de comunicación en Rusia. También reprochó al Kremlin el no haber cumplido la promesa de retirar las tropas de Moldavia y Georgia.

"Algunos países han afirmado últimamente que el campo de trabajo de la OSCE constituye una interferencia en asuntos internos, que la OSCE tiene doble rasero y que la OSCE ha concentrado sus esfuerzos en las repúblicas exsoviéticas, y lo hace por razones políticas. Discrepo categóricamente", manifestó Powell.

El secretario de Estado estadounidense también rechazó la idea de que Rusia y EEUU estén luchando por la influencia sobre Ucrania. "No estamos compitiendo o luchando por esos lugares. No les estamos pidiendo que elijan entre Oriente u Occidente --señaló Powell en alusión a Ucrania y Georgia--. No es una cuestión de influencia, es una cuestión de permitir a un país que elija cómo desea ser gobernado y a quién quiere tener como amigos", agregó.

LA MANZANA DE LA DISCORDIA El presidente ruso, Vladimir Putin, condenó el lunes la intervención de Occidente en Ucrania y advirtió contra los que dan lecciones mientras llevan un "casco colonial" para dividir a esta antigua república soviética.

Ucrania se ha convertido en la manzana de la discordia entre Rusia y Occidente a causa de las polémicas elecciones presidenciales que enfrentan al primer ministro prorruso, Viktor Yanukovich, con el candidato opositor Viktor Yuschenko. La segunda ronda de las elecciones, anulada por fraude por el Tribunal Supremo de Ucrania, se repetirá el próximo 26 de diciembre. Tras dos semanas de protestas callejeras y negociaciones con mediadores europeos, los políticos ucranianos están lejos todavía de llegar a un acuerdo sobre cómo celebrar los nuevos comicios sin el riesgo de otro fraude.

La Rada (Parlamento unicameral de Ucrania) se negó ayer a aprobar antes de las nuevas elecciones varias leyes que forman parte de la reforma política pactada por el Gobierno y la oposición. El presidente ucraniano, Leonid Kuchma, rechazó la exigencia de los opositores de destituir a Yanukovich, con lo que ha dilatado una solución de compromiso a esta crisis política. La Rada aprobó la semana pasada una moción de censura contra el primer ministro.

La negativa de Kuchma a destituir a Yanukovich paralizó las negociaciones que se celebraron en su residencia. Yuschenko declaró que el formato de mesas redondas había sido "agotado por falta de buena voluntad de las autoridades".