Rusia volvió a plantear hoy al resto de miembros del Consejo de Seguridad de la ONU la aprobación de una resolución que exija el fin de la violencia en Ucrania, un paso hasta ahora bloqueado por las diferencias que las potencias occidentales mantienen con Moscú.

En lugar de plantear un proyecto de resolución, algo que ya hizo sin éxito hace más de un mes, la delegación rusa distribuyó hoy al resto de países un documento con varios puntos que considera prioritarios para tratar de negociar en base a ellos.

Entre otras cosas, Moscú quiere que el Consejo exija a todas las partes en conflicto el cese de la violencia, que exprese su preocupación por el aumento de la violencia contra los civiles en el este de Ucrania y que respalde las propuestas que están sobre la mesa para tratar de lograr una solución negociada a la crisis.

"Hemos decidido usar este proceso más lento para tratar de conseguir unas bases comunes", explicó el embajador ruso, Vitaly Churkin, en declaraciones a los periodistas.

Churkin defendió la necesidad de que el Consejo de Seguridad se pronuncie para tratar de detener los choques armados en el este de Ucrania y para evitar que pueda haber consecuencias más dramáticas.

Para Rusia, el alto el fuego anunciado por el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, fue solo una "cortina de humo" para continuar con una "acción punitiva" contra los sublevados e ignorar sus promesas de impulsar una solución pacífica.

Churkin insistió en que el "ultimátum" dado por Kiev a los rebeldes de Donetsk y Lugansk para que se rindan no es factible, tras ver la "caza de brujas" a la que han procedido las tropas ucranianas tras recuperar la ciudad de Slaviansk, el bastión de los prorrusos recuperado por el Ejército.

El embajador ruso explicó que su intención es reunir comentarios de los miembros del Consejo sobre sus propuestas para tratar de avanzar en la redacción de un proyecto de resolución a partir del lunes.

Hasta ahora, las potencias occidentales se han negado a respaldar las propuestas rusas, pues consideran que la propia Rusia es una de las partes en conflicto y tiene en su mano el detener a los separatistas del este de Ucrania.

Hoy, en reacción a las propuestas rusas, el embajador francés, Gérard Araud, se mostró a través de Twitter favorable a que el Consejo de Seguridad pida un alto el fuego y una negociación entre las partes.

Sin embargo, subrayó que al mismo tiempo debe reconocerse "el derecho del Gobierno ucraniano a restaurar su soberanía en su territorio", un lenguaje al que previsiblemente se opondría Rusia.

Al menos 23 soldados ucranianos han muerto y 93 han resultado heridos en las últimas 24 horas en el este de Ucrania a manos de los separatistas prorrusos, en medio de duros combates en la región de Lugansk.

También han fallecido en las últimas horas al menos ocho civiles en la zona, que Kiev trata de recuperar por la fuerza tras la victoria que obtuvo la semana pasada al hacerse con el control de Slaviansk, símbolo de la sublevación prorrusa.