El primer gran símbolo del nuevo Irak será, paradójicamente, el líder del antiguo Irak. El primer ministro iraquí, Iyad Alaui, anunció ayer que EEUU entregará hoy a las nuevas autoridades del país a Sadam Husein y a otros 11 altos mandos del depuesto régimen baazista para que empiece un proceso judicial que debe culminar con el juicio del dictador y de sus colaboradores. "Esa gente afrontará la justicia ante el tribunal especial iraquí creado en enero para juzgar a los miembros del antiguo régimen por crímenes contra la humanidad, genocidio y crímenes de guerra", anunció Alaui.

Sadam pasará hoy a manos iraquís --fecha en la que simbólicamente debía acabar la ocupación de EEUU--, cumpliendo de esta forma una de las exigencias de Alaui a sus padrinos estadounidenses. El depuesto dictador se convierte así en la primera baza del nuevo Gobierno para demostrar que es independiente y que no se encuentra bajo la tutela de Washington. Fuentes de la Casa Blanca se habían mostrado reacias a entregar a Sadam a pesar de que, como señaló la Cruz Roja, si EEUU hubiera mantenido el control sobre los detenidos con un Gobierno iraquí, habría vulnerado la Convención de Ginebra.

CUSTODIA EXTRANJERA Eso sí, Sadam permanecerá bajo custodia de soldados multinacionales liderados por EEUU en un lugar secreto para evitar su fuga. Alaui explicó que los cargos oficiales contra el dictador y sus colaboradores se presentarán mañana, pero precisó que el juicio aún puede tardar varios meses en celebrarse. "Sadam tendrá un juicio justo y se le permitirá pedir abogados para que lo defiendan", afirmó Alaui en una rueda de prensa, quien añadió que el expresidente será tratado como un "hombre acusado de haber cometido crímenes de guerra, y no como un prisionero de guerra".

Para que no haya dudas respecto a un proceso legal que estará en el punto de mira de todo el mundo, el tribunal especial iraquí que juzgará el caso emitió ayer la orden de arresto de Sadam y de sus 11 colaboradores. Con este formalismo legal, y una vez se hayan presentado los cargos, se acabará el limbo legal en el que permanecían los detenidos, ya que durante los meses que han estado en manos de EEUU no se han presentado cargos contra ellos. Salem Chalabi, el letrado que preside el tribunal especial, pretende acusar a Sadam y a sus colaboradores por la guerra contra Irán (1980-1988), la masacre de kurdos con armas químicas en Halabja (1988), la invasión de Kuwait (1990) y la represión de kurdos y shiís en 1991.

En la misma rueda de prensa, el ministro de Justicia, Malek Dohan al Hasán, afirmó que se permitirá que observadores extranjeros estén presentes en el juicio --que será secreto si así lo pide Sadam--, pero que la participación de abogados de otras nacionalidades "dependerá de lo que decida la Asociación de Abogados Iraquís". Un grupo multinacional de abogados italianos, franceses y jordanos ya están trabajando, a petición de la mujer de Sadam, Sajida Jairallah Telfah, en el caso.

Estos letrados ya han expresado su intención de convertir el juicio en un proceso contra Occidente. Su línea de defensa se basará en que Sadam actuaba bajo las presiones de potencias occidentales, sobre todo EEUU. El Gobierno iraquí planea poner fin a la moratoria existente sobre la aplicación de la pena de muerte para poder ejecutarle.

TENSION El proceso ni siquiera ha empezado oficialmente pero la tensión está en el ambiente. Un miembro de este equipo de defensores, el jordano Isam Ghazaui, afirmó que ayer el ministro de Justicia lo amenazó por teléfono: "El ministro me llamó y me dijo: ´Si quieren venir a Irak para defender a Sadam, no sólo les mataremos sino que les cortaremos a trocitos´".