Tras los ataques de conservadores británicos, los independentistas escoceses contratacan. El ministro principal escocés y líder del SNP, Alex Salmond, amenazó este lunes con el impago de la deuda por parte del país independizado si se expulsa a Escocia de la Libra. Salmond ha reaccionado así al ataque realizado por el canciller del Exchequer y ministro británico de Finanzas, George Osborne, en el que aseguró que ni él ni ninguno de sus sucesores aceptará que Reino Unido comparta la libra esterlina y el Banco de Inglaterra con una Escocia independiente. Salmond advierte de que Escocia no asumiría la parte de la deuda británica si el Reino Unido establece un cerco económico o si le impide seguir utilizando como hasta ahora la libra esterlina.

Pese a la amenaza, Salmond ha insistido este lunes de nuevo en que, si Escocia se independiza, imperará "el sentido común" y "todos cooperarán", pues "interesa a todo el mundo que eso ocurra". Además, ha dicho que la postura del Gobierno de Londres de oponerse a la unión monetaria "se le está volviendo en contra", al apelar al sentimiento nacionalista de los escoceses.

En un discurso en Aberdeen ante la asociación proindependencia Empresas para Escocia, Salmond ha asegurado también que el resto del Reino Unido tendrá que aceptar la propuesta unión monetaria con la nueva nación.

En la misma línea rebatió las afirmaciones hechas este fin de semana por el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, quien declaró que sería "extremadamente difícil, si no imposible" para una Escocia independiente conseguir adherirse a la Unión Europea.

Integración política y fiscal difícil

El ministro de Economía británico, George Osborne --respaldado por los principales partidos del país--, advirtió la semana pasada de que el Reino Unido rechazaría una unión monetaria con Escocia y la libra esterlina como divisa común, pues ello requeriría una integración política y fiscal que sería difícil con la independencia. "Si Escocia se retira del Reino Unido, se retirará de la libra", asehuró el ministro conservador, que subrayó que "no hay ninguna razón legal por la que el resto del Reino Unido tuviera que compartir su moneda con Escocia" si ese territorio rompe la unión forjada en 1707.

Salmond le ha acusado este lunes de haber "caricaturizado" los argumentos planteados por el Partido Nacionalista Escocés (SNP) a favor de la unión monetaria y de haber "minimizado las desventajas" de rechazar esa alianza, algo que costaría "cientos de millones" a las empresas británicas.

Impuesto de 610 millones anuales

El SNP divulgó un análisis que precisa que rechazar dicha unión tendría para las empresas que quisieran comerciar con una Escocia independiente un coste de 500 millones de libras (610 millones de euros) anuales.

El ministro principal escocés alegó que ese recargo --que bautizó como "el impuesto George"-- "sería imposible de vender a las compañías inglesas".