Pedro Sánchez y Emmanuel Macron se dieron cita este lunes en Montauban, al sur de Francia, para presidir la XXVI cumbre franco-española. Una ocasión para "celebrar un vínculo histórico, político y humano muy fuerte entre ambos países", resumió el presidente francés.

La creación de un pasaporte de vacunación, la estrategia de inmunización, el plan de reactivación económica, la transición ecológica y digital, la gestión y la seguridad de las fronteras interiores, así como la regulación de la inmigración, vertebraron la agenda de la cumbre, la primera desde 2017, cuando François Hollande y Mariano Rajoy se reunieron en Málaga.

Esta vez, el lugar elegido tiene una fuerte carga simbólica. Fue en Montauban donde Manuel Azaña, último presidente de la República española, falleció el 2 de octubre de 1940. Desde entonces, la ciudad se erige como un símbolo de la historia común de ambos países, un lugar de memoria para los exiliados españoles que trataron de buscar refugio al otro lado de los Pirineos al final de la Guerra Civil.

"Es posible amar a dos naciones"

En homenaje a todos ellos, Sánchez y Macron firmaron un convenio de doble nacionalidad que permitirá a los ciudadanos binacionales conservar simultáneamente el pasaporte francés y el español -hasta ahora, España exigía renunciar al francés para ostentar el español-. “Se lo debemos a los 150.000 franceses que viven en España y a los 190.000 españoles en Francia”, explicó el mandatario galo tras la firma del acuerdo. “Es posible amar a dos naciones”, añadió Sánchez.

El encuentro fue clausurado con una visita a la tumba de Manuel Azaña, una primicia histórica, pues nunca antes los presidentes francés y español habían rendido homenaje de manera conjunta al líder republicano. “Jamás olvidaremos a los republicanos españoles que se unieron a la resistencia francesa y nos permitieron seguir siendo libres”, insistió Macron durante la rueda de prensa.

"Un enfoque cooperativo de Europa"

“España y Francia desean estrechar sus vínculos de cooperación bilateral, al servicio de la prosperidad, la seguridad y la movilidad de sus ciudadanos”, reza la declaración conjunta firmada por ambos mandatarios.

Dicha cooperación bilateral estaría estrechamente ligada a la gestión de la epidemia, al impulso de la vacunación y a la coordinación de la movilidad segura a nivel europeo. “Compartimos un enfoque cooperativo de Europa”, “defendemos un marco europeo para la compra de vacunas”, “[queremos] multiplicar nuestra capacidad de fabricarlas”, dijo el presidente francés.

Atrapado por la actualidad, Macron anunció, siguiendo los pasos de Italia y Alemania, la suspensión temporal de la vacuna AstraZeneca a la espera del informe de la Agencia Europea de Medicamentos, previsto para este mismo martes. España también se ha sumado a la lista de países europeos que suspende de manera "cautelar" su administración.

Sobre el pasaporte de vacunación, que Sánchez apoya de cara a la temporada turística y cuya puesta en marcha no convence todavía a Macron, el presidente del gobierno español aclaró: “A mí no me gusta el término pasaporte porque estamos en un espacio Schengen y lo que queremos es facilitar la movilidad lo antes posible, porque además es fundamental para sectores como el turístico”.

Schengen y el cierre de pasos fronterizos

La gestión de las fronteras y la movilidad tienen una importancia vital en dos frentes diferentes: por un lado, se ha convertido en una herramienta para tratar de frenar la curva de contagios a nivel europeo; por otro, aparece como una cuestión esencial en la lucha contra la inmigración clandestina. Alegando una eventual amenaza terrorista ligada a la inmigración ilegal, en los últimos meses las autoridades francesas han decretado unilateralmente el cierre de 19 pasos fronterizos. Según fuentes diplomáticas, España habría comunicado en varias ocasiones su “malestar” ante estas medidas. Así, la reforma y refuerzo del espacio Schengen también fueron abordados a lo largo de la cita franco-española.

La recuperación económica ligada a la transición verde y la construcción de una Europa más social figuran entre los retos que comparten ambos líderes europeos. Debido a la crisis sanitaria, los ministros de Exteriores, Interior, Defensa, Justicia, Transportes, Trabajo, Educación y Universidades participaron de forma telemática en el encuentro.