El canciller alemán, Gerhard Schröder, se consideró ayer "honrado" por ser el primer dirigente alemán que participa en las conmemoraciones del desembarco aliado que, forzosamente, para Alemania no tienen la misma significación. Para marcar el acontecimiento, se celebró una ceremonia bilateral Francia-Alemania en el memorial de Caen, donde Schröder subrayó la "responsabilidad histórica" de su país en la guerra y rindió homenaje a los soldados aliados que se enfrentaron a las fuerzas nazis.

"En Alemania, somos conscientes de quien provocó la guerra", dijo el canciller. "Europa ha aprendido la lección, y especialmente nosotros los alemanes", aseguró Schröder, que recordó a los ciudadanos y políticos europeos que tienen "el deber de no dar ninguna otra posibilidad a la guerra, a los crímenes de guerra y al terrorismo".

BIEN RECIBIDO El canciller alemán fue acogido cariñosamente en cada una de sus apariciones públicas. El propio presidente francés, Jacques Chirac, le aseguró que "los franceses le reciben más que nunca como un amigo, incluso como un hermano".

Previamente, y a pesar de las polémicas suscitadas en ciertos sectores de su país, Schröder había insistido que el desembarco era para la Alemania de hoy sinónimo de "liberación" y no de "invasión", terminología utilizada durante mucho tiempo en el país germano para definir la terrible derrota alemana. El canciller aprovechó esta ocasión histórica para rendir también homenaje a los "libertadores", los soldados aliados muertos en 1944.

Pasando revista a los 12 terribles años de dictadura hitleriana, Schröder habló de sí mismo, de esa "generación que ha crecido en la sombra". "Hace sólo cuatro años que mi familia localizó la tumba de mi padre, un soldado caído en Rumanía". En el cementerio normando de Ranville, Schröder se recogió ante las tumbas de 2.000 soldados aliados y algunos alemanes. Solo y en silencio, rindió homenaje a los caídos, y ante la tumba de un soldado alemán desconocido.

Schröder viajó acompañado de una pequeña delegación que incluía dos resistentes alemanes que participaron en el atentado fallido contra Hitler, el 20 de julio de 1944.

Como prueba de la buena sintonía actual entre franceses y alemanes, el diario Le Figaro publicó ayer un sondeo que revela que los franceses consideran ahora a los alemanes --sus enemigos en las dos guerras mundiales-- sus más estrechos aliados, en detrimento de los estadounidenses. Para el 82% de los franceses entrevistados, los alemanes son los aliados más fiables, por delante de británicos y estadounidenses.