La policía británica tiene "serias dudas" sobre la autenticidad de una de las pruebas cruciales, utilizada por los expertos franceses, en la investigación sobre la muerte de Diana de Gales. El periódico londinense The Times informaba ayer de "la gran preocupación" que existe entre los responsables de Scotland Yard sobre la autenticidad de la muestra de sangre tomada al chófer Henri Paul, fallecido junto a Diana y Dodi Al Fayed en agosto de 1997.

Las indagaciones francesas, que duraron dos años, concluyeron que Paul conducía borracho la noche del accidente, a tenor, entre otras evidencias, de los altos niveles de alcohol hallados en su sangre. The Times revela que los franceses no realizaron la prueba del ADN para asegurarse de que la sangre analizada pertenecía al chófer.

EN TELA DE JUICIO Paul fue finalmente acusado de ser el responsable del accidente, pero las dudas sobre la validez de los análisis podrían poner en tela de juicio la credibilidad de los resultados de las pesquisas realizadas por las autoridades francesas. Los portavoces de Scotland Yard declinaron ayer comentar el elemento de controversia.

La familia de Paul, jefe de seguridad del Hotel Ritz de París y chófer fortuito la noche de la tragedia, ha negado que éste se hubiera sentado al volante del Mercedes S-280 en estado de embriaguez. Mohamed Al Fayed, el padre de Dodi, también lo niega y ha aludido repetidamente a la inexplicable cantidad de monóxido de carbono en la sangre de Paul.

Ese hecho es injustificable si, como los médicos certificaron, éste murió instantáneamente en el momento de la colisión bajo el puente parisino de Alma. Al Fayed sostiene que la sangre analizada por los franceses no pertenecía al chófer; una confusión manipuladora que formaría parte del complot para encubrir lo que, según él, fue el asesinato de Dodi y Diana.

"GENTE MUY SERIA" "No hubo un error en la muestra de sangre", ha declarado a The Times el inspector Jean-Claude Mules, uno de los principales investigadores del dosier francés. "Nosotros somos gente muy seria y no nos permitimos errores".

La primera investigación en el Reino Unido sobre la muerte de la princesa de Gales comenzó el pasado martes. El proceso quedó suspendido después de que el juez Michael Burgess solicitase a la Policía de Londres que indagara las circunstancias de la desaparición de la madre del heredero al trono de Inglaterra.