El primer ministro israelí, Ariel Sharon, hizo gala ayer de su condición de superviviente nato y después de que el Likud tumbara su plan de retirada de Gaza, no sólo dejó claró que no piensa dimitir, sino que anunció que presentará un nuevo "plan con modificaciones", para lograr el máximo consenso posible dentro del Gobierno de coalición. "Intentaré encontrar la manera que nos permita un consenso lo más amplio posible", dijo Sharon.

El primer ministro convocó a los 40 diputados del Likud, y ante ellos dijo que modificará el plan de retirada unilateral de Gaza para evitar que "Israel se vea envuelto en las circunstancias más difíciles", un eufemismo con el que se quiso referir a un acuerdo de paz impuesto por la comunidad internacional, que implicaría concesiones territoriales. Sharon no explicó cuáles son las modificaciones que estudia, pero fuentes del Likud avanzaron que podría limitar la retirada de Gaza a las colonias "más expuestas" a la violencia.

MOCION DE CENSURA Tras ser desautorizado por el Likud, Sharon tuvo que afrontar ayer una moción de censura, y escuchar la petición de elecciones anticipadas que le formuló el Partido Laborista, al que había sondeado para formalizar un Gobierno de unidad nacional. "No permitiremos que 60.000 israelís --los afiliados al Likud que votaron en el referendo-- decidan que no hay posibilidades para alcanzar la paz", dijo un furibundo Shimon Peres, el líder laborista. "Yo creo que existe entre los israelís una mayoría a favor de la paz", añadió.

Entretanto, los hechos prueban la política de afianzamiento de los colonos en Cisjordania con el beneplácito del Ejército y la policía, así como del Gobierno del Likud. En la madrugada del lunes, unos 150 colonos llegaron a la localidad árabe de Abu Dis, cercana a Jerusalén, y se establecieron en dos viviendas, que dijeron haber comprado.