Por primera vez desde que accedió al cargo, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, no puso el desmantelamiento de lo que él califica "estructuras terroristas" como condición previa para cualquier tipo de negociación de paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP). En un discurso ante los miembros de su partido, el Likud, el jueves por la noche, Sharon admitió que "el proceso de requisar armas y desmantelar las organizaciones terroristas es complejo", pero que la ANP sí puede pasar lo que calificó de otro "examen para ver su auténtico rostro": poner fin a lo que califica de incitamiento contra Israel en la televisión y las aulas palestinas. "No pretendo perder el tiempo, así que cuando el liderazgo palestino esté listo, quiero encontrar un camino para allanar nuestras relaciones con los palestinos", afirmó Sharon, que siempre ha criticado el contenido de los libros de texto y la programación, a su juicio "antisemita", de la televisión palestina.

A la ANP no le gustó nada que Sharon le pusiera deberes. "A lo mejor tenemos problemas de ese tipo, pero ellos los tienen aún más graves", dijo el nuevo hombre fuerte palestino, Abú Mazen, en referencia a la incitación. "Los israelís deberían abandonar su política de establecer condiciones y detener su incitación contra los palestinos", dijo el negociador jefe de la ANP, Saeb Erekat.