Bagdad se unió ayer de forma multitudinaria a la campaña de movilizaciones shiís para pedir elecciones directas en Irak. Siguiendo las consignas emitidas por el liderazgo religioso, decenas de miles de ciudadanos desfilaron por una de las autopistas de Bagdad para apoyar las demandas del líder espiritual de la comunidad shií, el gran ayatolá Alí Sistani, y rechazar los planes de la coalición ocupante de transferir la soberanía a un Ejecutivo iraquí a través de un Parlamento transitorio designado. Todo ello ocurrió horas antes de que los representantes estadounidenses, de las Naciones Unidas y del Consejo de Gobierno Iraquí (CGI) se reunieran en Nueva York para discutir acerca del futuro del país.

Queremos una Constitución que mantenga nuestra identidad, que es el islam , rezaba una de las pancartas de los manifestantes, que se congregaron no lejos del Ministerio del Petróleo, uno de los pocos edificios gubernamentales que no fue saqueado tras la caída de Bagdad. La marcha transcurrió bajo un picante sol de invierno y sin incidentes hasta la universidad de Al Mustansiriya.

VOTACIONES LIBRES Jamil al Qureishi, representante de Sistani en el barrio de Sadr City, declaró: "Exigimos elecciones libres y democracia". Al Qureishi no quiso pronunciarse acerca de lo que podría pasar si el resultado de la negociación en Nueva York no satisfacía las demandas de Sistani. "Esperamos la respuesta que venga de Nueva York, después haremos lo que nos digan nuestros líderes religiosos", dijo. En el hipotético caso de que Sistani emitiera una fatua (edicto religioso) contra las tropas ocupantes, todas las fuerzas extranjeras, "incluidas las españolas, serán consideradas fuerzas de ocupación aliadas de América".

La manifestación fue convocada hace tres días y pregonada a través de las mezquitas. En un panfleto en árabe que podía leerse en el tablón de anuncios de la mezquita Huseiniat al Ansar, los convocantes (formaciones políticas, partidos islamistas y la Hauza --escuela teológica de Nayaf--) establecían unas normas de comportamiento para los manifestantes, como los retratos de las personalidades religiosas y políticas que debían portar, los eslóganes autorizados y la prohibición de maldecir o de llevar o utilizar armas.

El clero shií, tras el inicio de las movilizaciones, advirtió de la posibilidad de convocar una campaña de desobediencia civil.