Nuevo verano con récords de calor en Siberia. Según datos recabados por la Unión Europea, la región ártica del continente euroasiático ha registrado temperaturas cinco grados superiores a la media, generando, al igual que el pasado ejercicio, incendios forestales de grandes proporciones difíciles de controlar en una remota zona del planeta, de difícil acceso y escasamente habitada.

Durante una de estas calurosas jornadas en esta región de veranos cortos y frescos, concretamente en la localidad de Verkhoyansk, en la república de Sajá, se ha llegado a constatar una temperatura de 38 grados Celsius por encima del Círculo Polar Ártico. La Organización Meteorológica Mundial está investigando si se trata de la cota más elevada jamás anotada en el registro histórico.

"El clima está cambiando de forma más rápida en el Ártico, estamos constatando condiciones más calurosas y secas, condiciones ideales para los incendios forestales", ha declarado a Reuters Mark Parrington, miembro de 'Copernicus', el programa de la UE para la observación de los cambios en el planeta Tierra. A fecha del 6 de julio, la Agencia Forestal Rusa ha contabilizado un total de 246 incendios forestales en curso en la región, afectando a más de 140.000 hectáreas. Siete regiones rusas han declarado el estado de emergencia.

La situación comienza a recordar a lo vivido en el verano pasado, cuando se quemaron unas tres millones de hectáreas, superfice equivalente a la de Bélgica, en el Territorio de Krasnoyarsk, en el Territorio de Zabaikale y en la República de Sajá, regiones administrativas todas ellas localizadas en Siberia central. La situación fue especialmente dramática en la primera región, cuya capital homónima, Krasnoyarsk, una importante ciudad industrial de más de un millón de habitantes, estuvo cubierta por el humo durante varios días. Los lugareños relataban a los medios de comunicación locales y extranjeros no haber vivido nunca una situación semejante.