EL PERIÓDICO, a bordo del 'Golfo Azzurro', la embarcación de rescate de inmigrantes de la oenegé Open Arms, da cuenta, a diario, de los pormenores de la misión número 11 en aguas del Mediterráneo central.

Continúa el ‘Golfo Azzurro’ -el barco de rescate deinmigrantes de la oenegé Proactiva Open Arms-patrullando frente a la costa de Libia en su décimo día de la11ª misión. La repercusión del reciente pacto entre Libia eItalia -avalado posteriormente por la Unión Europea- queda definitivamente patente en la mar. Las habituales barcazascargadas con decenas de inmigrantes han desaparecido del escenario y, en su lugar, helicópteros militares libiossobrevuelan la zona. No se sabe, pero, por cuánto tiempo.

El 3 de febrero, Libia e Italia suscribieron un pacto por el que el Gobierno libio reconocido internacionalmente, liderado por Fayez Serraj, se comprometía a interrumpir la salida de inmigrantes a cambio de ayuda económica. Dos días más tarde, el 5 de febrero, los jefes de Estado y Gobierno de los 28 miembros de la Unión Europea, reunidos en Malta, avalaban el acuerdo y destinaban 200 millones de euros para, entre otros supuestos, formar a losguardacostas libios en el control del flujo migratorio.

Solo un día más tarde, el 6 de febrero, recién terminada la cumbre europea, arrancaba la 11ª misión de rescate de inmigrantes de Open Arms en el Mediterráneo central zarpando desde Malta. La expedición, sin actividad en lo que a rescates se refiere hasta el momento, se ha visto inmersa de lleno en esta coyuntura política.

"PARÓN TEMPORAL"

“No creo que Libia en estos momentos esté preparada para poder retener a los inmigrantes que esperan y garantizar la seguridad y el respeto de sus derechos humanos”, argumenta el director deProactivia Open Arms, Oscar Camps. En desacuerdo con esta decisión -“más que solucionar el problema lo aparta”, considera-, recuerda que Libia se encuentra “descompuesta” y hay tres facciones que luchan por el poder. “Que la UE -añade - reconozca solo a una de ellas, a la que vende armas, la que gestiona los recursos naturales en estos momentos, nos indica que vuelve a haber intereses geopolíticos”. Cuando se firman este tipo de acuerdos -lo saben muy bien en Proactiva Open Arms-, hay una puesta en escena inmediata para demostrar la capacidad para llevarlos a cabo. “Seguramente, el parón será temporal y el tránsito seguirá quizá en diferentes puntos de salida”, puntualiza Camps.

Fuentes libias han explicado a la corresponsal de EL PERIÓDICOen Marruecos, Beatriz Mesa, que el pacto de Libia y la UE no tiene visos de llegar a buen puerto y que solo es cuestión de días o semanas que vuelvan a salir barcazas. “No podemos frenar la salida de inmigrantes a Europa porque entonces se asentarán en Libia”, han explicado los representantes de varios poderes tribales, que ya tildan de “fracaso” el acuerdo. Las mismas fuentes libias añaden que el control de los flujos migratorios depende muy poco del Gobierno de Serraj y sus milicias, puesto que sólo controlan una parte de la región tripolitana (al oeste de Libia).

Son las tribus armadas dominantes en la zona sur de Libia -los árabes, los tuaregs y toubus- las que manejan las redes de personas a su paso por Fezzan, frontera con los países vecinos de Níger y Chad. Estas abren y cierran a su antojo la que se ha convertido en la principal puerta de entrada para los miles de africanos con rumbo al dorado europeo. El Gobierno legítimo de Serraj, en quien la Unión Europea deposita su confianza y su dinero, no tiene otra salida que la de negociar con las tribus mafiosas del sur.

Pero el líder tuareg Ahmed Shlak, contactado por EL PERIÓDICO, ha sido contundente al afirmar que “los libios rechazan que su país se convierta en la segunda Europa y que los subsaharianos con el tiempo puedan, incluso, comprar la nacionalidad libia”. El pacto con la UE y el parón de tráfico de inmigrantes puede tener los días contados.