El portugués José Manuel Durao Barroso, próximo presidente de la Comisión Europea, se dispone a ceder a las reivindicaciones socialistas, evaluar individualmente a cada uno de los candidatos a comisario y modificar el reparto de carteras del Ejecutivo comunitario, según aseguró ayer el jefe del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz. Los socialistas exigen que al conservador italiano Rocco Buttiglione le sea retirada la cartera de Justicia, Seguridad y Libertades, por sus declaraciones machistas y su rechazo de los homosexuales y los inmigrantes. De no obtener satisfacción a sus demandas, el Grupo Socialista amenaza con votar contra la Comisión, el 27 de este mes, cuatro días antes de su entrada en funciones.

La configuración final de la nueva Comisión Europea se hará pública presumiblemente mañana. Hasta esa fecha, Barroso pretende seguir escudándose en la falta de transparencia con la que está intentando gestionar la crisis. Al término de las reuniones mantenidas ayer por el político conservador luso con los jefes de los principales grupos parlamentarios, su portavoz sólo obtuvo la autorización para calificar los encuentros de "muy constructivos".

La portavoz Pia Ahrenkilde añadió que Barroso no haría comentarios del futuro de sus comisarios hasta el final de la reunión que mantendrá mañana con los líderes de la Eurocámara.