Como ya sucediera en el caso del escándalo de las torturas del Ejército de EEUU en la cárcel iraquí de Abú Graib, unas fotografías tomadas por soldados israelís han causado un gran daño al Ejército de Israel. El periódico israelí Yediot Ajronot publicó ayer un reportaje en el que se denuncia que soldados israelís destinados en la franja de Gaza y Cisjordania profanan los cadáveres de milicianos palestinos y después se fotografían con ellos por diversión.

La significativa actitud de fotografiar estas barbaridades --resulta difícil pensar que los soldados guarden recuerdos de unas acciones que saben que van a ser castigadas de ser descubiertas-- ha permitido la filtración. Las fuentes del diario afirman que las unidades militares efectúan una "sistemática profanación de los cadáveres de palestinos", que esta actitud está muy extendida y que participan en ellas no sólo soldados rasos, sino también suboficiales de las unidades. En el islam, profanar un cadáver es una grave afrenta.

CASOS ESPELUZNANTES Los ejemplos de profanaciones de los cadáveres que cita el periódico son espeluznantes. "Los soldados, después de matar a algún terrorista, se fotografían junto a él sonrientes y felices, a veces tras maquillar el cadáver con la ceniza de un cigarrillo", afirma el diario. Un soldado que sirvió en el batallón Nahal Haharedi explicó que los soldados cogieron la cabeza de un kamikaze que se suicidó en un puesto de control del Valle del Jordán, colocaron un cigarro en su boca y se fotografiaron sonrientes.

"ENTUSIASMADOS" Otro caso ocurrió en el 2003, cuando los soldados abatieron a un palestino sospechoso que estaba cerca de un tanque. Cuando descubrieron que la víctima iba desarmada, los militares ataron el cuerpo a un vehículo, lo llevaron a su base y le colgaron un cartel en el que le llamaban Inny , lo que significaba "civil inocente". "Estaban todos entusiasmados con las fotos. Dijeron que eran estupendas", afirma uno de los soldados anónimos citados por el Yediot Ajronot .

Otro soldado explica que, al finalizar una operación militar en una aldea palestina, los militares llevaron dos cadáveres hasta la base y los metieron en las letrinas durante varias horas. Otro caso es el de un militar que disparó cuatro veces contra el cuerpo de un palestino ya muerto. "El comandante de la unidad nos dijo que, moralmente, eso no estaba bien. ¿El castigo para el que disparó? Se convirtió en el chófer y después en el encargado de la radio del comandante", explica un testigo.

El jefe del Estado Mayor del Ejército, Moshe Yaalon, calificó de "abominables" las denuncias del Yediot Ajronot y prometió que se efectuará una investigación para castigar a los responsables. "Estas prácticas horrendas no tienen cabida en un Ejército judío", dijo Yaalon. El diputado laborista Ophir Pines-Paz pidió que el Parlamento organice una comisión de investigación.