El sospechoso detenido en Dortmund y acusado de perpetrar el ataque con tres explosivos contra el autobús del Borussia es miembro del grupo terrorista autoproclamado Estado Islámico. Así lo ha asegurado esta mañana la Fiscalía General de Karlsruhe (Alemania) que se encarga de la investigación sobre este atentado con “motivación terrorista”. Los últimos detalles apuntan que Abdul Baset, el joven iraquí de 25 años capturado por la policía, habría liderado a finales del 2014 una unidad yihadista con diez guerrilleros en Irak dedicada a preparar secuestros, extorsiones y asesinatos. En marzo de 2015 habría cruzado la frontera hacia Turquía y a principios del año pasado llegó a Alemania, donde “mantuvo contacto con miembros de Estado Islámico”, según la fiscalía.

A pesar de esta supuesta vinculación del detenido con el Daesh, nombre con el que también se conoce al grupo terrorista, la investigación aún no tiene clara su conexión y participación con el ataque del pasado martes en el que el futbolista catalán del Borussia Dortmund Marc Bartra y un policía que escoltaba al equipo hacia el estadio resultaron heridos. Durante la mañana del jueves el sospechoso está compareciendo ante el juez de instrucción después que la Fiscalía haya presentado una orden de arresto contra él.

Sigue el misterio en Dortmund. Aunque los indicios aportados por las autoridades apuntan a que se trataría de un “ataque dirigido” a los futbolistas y con un posible trasfondo yihadista, aún son muchos los expertos que dudan del modus operandi “atípico” seguido en este caso al dejar una carta en la carretera donde se produjeron las explosiones. A pesar de las referencias al atentado de Berlín y a los ataques de Alemania contra Estado Islámico en Siria, el grupo radical aún no ha reivindicado el ataque, lo que levanta las sospechas de los expertos islámicos.

QUEJAS DE LOS JUGADORES

“Nos trataron como animales y no como seres humanos”. Así de contundente se mostró el defensa griego del Borussia Dortmund Sokratis Papastathopoulos. Unas palabras que recogen la frustración y quejas de parte de la plantilla del club renano, al que no le gustó que solo se les diese un día de margen para preparar en encuentro de cuartos de finales de la Champions League contra el AS Mónaco que ayer terminarían perdiendo por 2 a 3.

En la misma dirección apuntó el capitán del equipo Marcel Schmelzer, quien aseguró que los jugadores tenían más en mente el ataque que habían sufrido menos de 24 horas antes en lugar del partido. “Habríamos estado muy agradecidos si nos hubiesen permitido tener otro día de margen”, apuntó, más diplomático. El entrenador Thomas Tuchel también remarcó su “impotencia” frente a la decisión de la UEFA. “Nos han tratado como si nos hubiera caído una lata de cerveza dentro del autobús”, lamentó tras el encuentro. A pesar de esas críticas, el club presidido por Reinhard Rauball aceptó jugar el partido el día después del ataque.