La líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer, quien sucedió a la cancillera, Angela Merkel, al frente del partido en diciembre de 2018, ha anunciado que no se postulará a la cancillería y su intención de renunciar a la presidencia de los conservadores. La crisis en la región de Turingia, donde una rama del partido apoyó a un candidato también respaldado por la extrema derecha, ha precipitado la decisión de Kramp-Karrenbauer, tras constatar, según medios alemanas, su falta de autoridad y control en el seno de la formacion.

Según avanzaron los medios alemanes, Kramp-Karrenbauer, llamada popularmente AKK por sus iniciales, explicó hoy en una reunión de la cúpula del partido que tiene previsto iniciar antes del verano el proceso dentro de la formación en la carrera hacia la cancillería, preparar al partido para el futuro y después renunciar a la presidencia de la formación. Subrayó que la presidencia del partido y la candidatura en la carrera hacia la cancillería deben estar en manos de la misma persona, precisa el Bild.

Por otra parte, Kramp-Karrenbauer, que además de presidir el partido es ministra de Defensa, señaló que tiene intención de permanecer en este cargo siempre y cuando cuente con el apoyo de su formación y del grupo parlamentario.

UN LIDERAZGO CUESTIONADO

Cuando fue escogida, AKK dijo a los delegados en una conferencia del partido que respaldaran su visión de Alemania, o bien "terminemos aquí y ahora". Los delegados la respaldaron debidamente, pero muchos no quedaron convencidos por su liderazgo.

Su incapacidad para imponer disciplina al partido en el estado oriental de Turingia dañó aún más su credibilidad. Los antiguos rivales de Kramp-Karrenbauer para el liderazgo del partido, Friedrich Merz y Jens Spahn, han intentado por todos los medios aprovechar esta crisis.