Con un paro de mujeres y manifestaciones en todo el país, Suiza gritó ayer ante el mundo que al país, pese a su fama de próspero y moderno, le falta mucho para ser igualitario. Después de 30 años de una huelga histórica, las mujeres volvieron a denunciar que la brecha salarial, el acoso laboral y la violencia machista no les son ajenos.

El principio de igualdad entre hombres y mujeres se incorporó a la Constitución federal el 14 de junio de 1981 y en esa misma fecha, pero 10 años después, en 1991, tuvo lugar la primera gran manifestación feminista para denunciar la ausencia de medidas concretas y la desigualdad salarial. La Constitución recogía esa igualdad pero la realidad era hotra muy distinta. Este 2019, la movilización ha sido inédita, alentada por el #MeToo y otros movimientos proigualdad de género.

Concentraciones

En Berna, las diputadas interrumpieron sus trabajos simbólicamente durante 15 minutos. En numerosas ciudades, las mujeres se concentraron en las calles con cánticos. Y las catedrales de varias localidades se iluminaron también

Emma Fabre, empleada del Centro Internacional de Conferencias de Ginebra, contó a Efe que ayer hizo huelga porque «todavía queda mucho por hacer» para que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres, incluso en uno de los países más ricos del mundo como es Suiza.

Sin embargo, la confederación también es un país muy conservador, como lo evidencia el hecho de que a las mujeres no se les reconoció el derecho al voto y a ser elegidas hasta 1971, en un referéndum en el que 8 de los 26 cantones que conforman la república federada votaron en contra de reconcoer ese derecho universal, mientras que la despenalización del aborto tardó otros 31 años.

En Suiza, los hombres ganan de media un 12% más que las mujeres, y en puestos de mayor responsabilidad ese porcentaje aumenta al 18,5%, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Guarderías insuficientes

El 60% de los trabajos no remunerados (limpieza o cuidado de niños y ancianos) recae en las mujeres en un Estado donde el número de guarderías es insuficiente frente a la demanda, y los niños hasta los 8 años no van a la escuela los miércoles. A partir de los 9 años y hasta el fin de la escolaridad obligatoria, los miércoles los niños solo tienen escuela por la mañana, lo que obliga a muchas madres a aparcar sus carreras un tiempo más prolongado que en otros países europeos.

En cifras, ante la llegada de un hijo, el 11,4% de padres trabaja a tiempo parcial, frente al 80,6% de madres, denuncia el diario Le Temps. Y aunque el Gobierno federal suizo afirma buscar la paridad, la participación de las mujeres en puestos políticos es del 28,9%. Se ve que queda mucho por hacer.