En los años 80, los demócratas de sur de Estados Unidos impulsaron la organización del supermartes en las primarias. Buscaban tener influencia en la selección de un candidato que reflejara mejor sus valores moderados, pero la jugada no les salió como esperaban. Tres décadas después, en un país cambiado en lo demográfico, lo social y lo político, el duelo entre las dos alas del Partido Demócrata, también transformado, se ha intensificado. Y este supermartes es, si cabe, más crucial que nunca en la carrera, que este año determina el nominado que el 3 de noviembre deberá medirse a Donald Trump. Será, sin duda, decisivo; posiblemente, no concluyente.

1. Más de un tercio de los delegados

Votan 14 estados y el territorio de Samoa y empieza también la semana en que toman su decisión los demócratas en el extranjero. California y Tejas son las plazas más importantes y con mayor número de delegados en juego (415 y 228 respectivamente) pero hay votaciones también en una variedad de estados que representan la diversidad ideológica, demográfica y social del país, de Massachusetts a Virginia y Carolina del Norte hasta Alabama, Arkansas u Oklahoma, de suburbios a ciudades y amplias áreas rurales, de feudos progresistas a territorios más conservadores. Y los 1.357 delegados en juego, más de un tercio de los 4.750 totales en una carrera donde 1.991 es la cifra mágica para lograr la nominación en la convención en julio en Milawukee , se repartirán en un campo aún superpoblado con seis candidatos.

2. Bernie Sanders, favorito en una carrera cambiada

Tras las primeras cuatro citas llega con ventaja en delegados acumulados y como favorito según los sondeos para ganar muchos más, especialmente en California y Texas, Bernie Sanders, el más progresista de los aspirantes, también el que más recelos y hasta miedo provoca en el aparato y los centros de poder.

La carrera, no obstante, se ha transformado en las últimas 72 horas con la primera e importante victoria en Carolina del Sur de Joe Biden, la retirada el domingo de Pete Buttigieg y la anunciada este lunes de la senadora moderada Amy Klobuchar, dos adioses cuyo objetivo claro es tratar de frenar a Sanders y aglutinar el voto moderado.

3. Michael Bloomberg entra en juego

Por si fuera poco, este martes entra en juego un comodín de impacto incierto: Michael Bloomberg, el milmillonario empresario, filántropo y exalcalde neoyorquino. En una arriesgada estrategia se saltó Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada y Carolina del Sur pero ha gastado 500 millones de dólares de momento en preparar su primer asalto.

El domingo, con dos actos masivos en California Sanders demostró su poderío en un estado extremadamente diverso donde la victoria puede enviar el mensaje de que el ganador es capaz de aglutinar el voto blanco y el de minorías en un partido donde más del 30% de votantes son negros y latinos. Ante cerca de 35.000 personas reunidas en Los Ángeles , subrayó que el 'establishment' político se está poniendo nervioso. Y aprovecho también la jornada para criticar y marcar las diferencias con Biden.

4. Joe Biden se afianza como el candidato moderado

Desde la victoria el sábado en Carolina del Sur, donde el exvicepresidente ganó 48%-20% frente a Sanders y 61%-16% en voto negro (aunque se trata de un estado particularmente religioso no totalmente representativo), Biden se consolida como el candidato moderado y no ha dejado de acumular nuevos respaldos.

Estaba previsto que Klobuchar apareciera por la noche junto a Biden en Texas para dar su apoyo tras tirar la toalla.

Aunque Buttigieg no se lo dio formalmente al anunciar su retirada el domingo, este lunes se han intensificado las informaciones de que lo hará. Y lo que dejó claro el exalcalde de South Bend es a quién no apoya, lanzando un ataque tácito y cristalino contra Sanders.Necesitamos una agenda para una base amplia, no una que se pierda en ideología, dijo Buttigieg, que rescató también el mensaje de los agoreros que creen que una nominación del senador socialista democrático puede dificultar mantener el control de la Cámara Baja del Congreso o hacerse con la mayoría del Senado.

5. Prueba de fuego para Elizabeth Warren

Tras la retirada de Klobuchar, el supermartes puede representar una pueba de fuego para la senadora progresista Elizabeth Warren, que no ha logrado ningún delegado desde Iowa y según los sondeos incluso podría perder Massachusetts frente a Sanders. Su campaña insiste en que ella no abandonará, una retirada que beneficiaría a Sanders. Predicen que ningún candidato tendrá mayoría suficiente de delegados para asegurarse la nominación.