EL TRIBUNAL SUPREMO de Estados Unidos ha evitado pronunciarse sobre la división entre Iglesia y Estado al paralizar, ayer, la demanda de Michael Newdow, un ateo de California, que retó constitucionalmente el "juramento de lealtad" que su hija, como todos los niños del país, debe pronunciar cada día en el colegio, y que incluye la frase "una nación bajo Dios". I. N.