El Tribunal Supremo israelí dejó ayer el camino libre al Ejército para la destrucción masiva de casas en Rafah, al sur de Gaza, tras rechazar el recurso de amparo presentado por una organización de derechos humanos palestina. El tribunal señaló que el Ejército israelí tiene la potestad de ejecutar esas demoliciones en el corredor de Filadelfia, entre la frontera de Egipto y la franja de Gaza, "por razones de seguridad".

Desde el viernes, el Ejército de Israel ha destruido en Rafah 88. El Supremo allana el camino a que siga la destrucción, puesto que da carta blanca al Ejército para que decida qué es "seguridad". Formalmente, la sentencia ofrece la posibilidad de recurrir las demoliciones e impone el mandato de publicar con antelación el listado de los inmuebles afectados. Sin embargo, existen serias dudas sobre si se aplicará esta medida.

El presidente palestino, Yasir Arafat, denunció que la destrucción de casas "es una cruel agresión". La oficina del primer ministro, Ahmed Qurei, calificó las demoliciones de "limpieza étnica".