Lejos de arredrarse por las importantes protestas de los devotos conservadores, una tercera mujer ha accedido al templo de Sabarimala, ubicado en el estado indio de Kerala. La entrada al santuario estaba tradicionalmente vetada a las féminas al considerarlas impuras si están en edad de menstruar. La creencia ancestral considera que la menstruación puede debilitar las energías del dios Ayyappa. La mujer, natural de Sri Lanka y de 46 años, entró en el templo de Sabarimala a última hora del jueves después de que dos mujeres hicieran historia con su entrada al santuario días antes. Éstas últimas ingresaron al templo de madrugada, escoltadas por numerosos agentes de seguridad y a través de una puerta alternativa para evitar ser vistas por los devotos. A pesar de que el Tribunal Supremo de India ordenó en septiembre el levantamiento de la prohibición, ninguna mujer había logrado acceder por la oposición de los devotos.

Las protestas, en muchos momentos violentas, llevan días adueñándose del estado de Kerala, en el sur del país. Escuelas y comercios cerrados, transporte paralizado y material urbano destruido es el balance de las reivindicaciones de los que defienden mantener una prohibición milenaria. Fuentes policiales han confirmado la muerte de una persona y cientos de heridos, entre ellos 125 civiles, 135 oficiales de policía y 10 periodistas. Los detenidos son cerca de 2.000.

En septiembre, el Tribunal Supremo levantó por cuatro votos a favor y uno en contra la prohibición de entrada que pesaba sobre las mujeres de entre 10 y 50 años. La corte consideraró que «la devoción no puede estar sujeta a la discriminación de género». Sin embargo, las mujeres que intentaron entrar desde entonces tuvieron que abandonar sin éxito el lugar, ante la oposición violenta de grupos de devotos y miembros de la extrema derecha hindú, que se resisten a acatar la decisión del tribunal.