Un misterio recorre toda Italia. De qué murió hace 20 días la modelo marroquí Imane Fadil, testigo que puso contra las cuerdas al exprimer ministro Silvio Berlusconi cuando explicó ante el juez, sin ahorrar detalles, cómo eran las fiestas bunga bunga del mandatario con chicas menores en su inmensa mansión cercana a Milán. Una retahíla de experiencias escabrosas que la modelo estaba recopilando en un libro.

Ante la ausencia de un motivo claro que explicara el deterioro fulminante del estado de salud de Fadil, el hospital Humánitas de Milán, donde falleció el pasado 1 de marzo, envió a analizar restos de líquidos biológicos. Los resultados apuntaron niveles muy por encima de lo normal de metales como el cadmio, el antimonio, el cromo y el molibdeno. Unas sustancias peligrosas en dosis altas.

A la espera del resultado de la autopsia, el fiscal de Milán, Francesco Greco, sopesa la hipótesis del envenenamiento y ha abierto una investigación por «homicidio voluntario» aunque, en paralelo, mantiene la prudencia al asegurar que «no se descarta una muerte por una causa natural, aunque los exámenes realizados no han evidenciado enfermedades». De lo que sí ha dejado constancia el fiscal es de que la mujer, que se encontró mal en enero mientras estaba en casa de un amigo, murió «tras un largo sufrimiento». Padeció fuertes dolores en el abdomen y escozor. El abogado de la modelo, Paolo Savesi, ha ido más allá al asegurar que Fadil le había expresado en numerosas ocasiones su temor a ser envenenada.

Medios locales italianos han dado cuenta de que la presencia de estas sustancias en tan alta dosis va a obligar al equipo médico que llevará a cabo la autopsia a llevar un equipamiento especial para protegerse de posibles radiaciones.

MENORES DE EDAD

La modelo marroquí fue testigo en el juicio del conocido como caso Ruby, que se inició en el 2011 en el Tribunal Penal de Milán contra Berlusconi por supuesto abuso de poder e incitación a la prostitución de menores. Ruby era el apodo de la joven marroquí Karima El Marough, que mantuvo relaciones sexuales con el mandatario cuando aún no había cumplido 18 años.

Il Cavaliere fue condenado el 24 de junio del 2013 a siete años de prisión y a la inhabilitación perpetua para el ejercicio de un cargo público, pero un año después el Tribunal de Apelaciones de Milán lo absolvió de los delitos de abuso de poder e incitación a la prostitución de menores.

En el año 2015, el Supremo italiano confirmó la absolución, al entender que Berlusconi no tenía por qué saber que la joven era menor.