Los países europeos, aliados o no de Estados Unidos en Irak, rechazaron ayer de forma unánime la tregua ofrecida por el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y también cualquier tipo de negociación con los terroristas. El futuro ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, subrayó que "no hay que escuchar ni prestar atención" al mensaje de Bin Laden.

Esa fue también la idea que a lo largo del día se fue repitiendo por todas las cancillerías europeas. "Un armisticio con un grupo que se caracteriza por la violencia es absurdo", subrayó el Ministerio británico de Asuntos Exteriores. "Ni nosotros, ni nuestros socios europeos nos vamos a dejar intimidar ni nos vamos a retirar de la lucha antiterrorista", añadió el Foreign Office.

La misma firmeza fue exhibida por el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, horas después de la ejecución de uno de los rehenes italianos en Irak. "Es impensable que nos podamos sentar en una mesa a negociar con Bin Laden", dijo.

En el bando contrario a la guerra, las reacciones no fueron menos contundentes. El presidente francés, Jaques Chirac, subrayó que "no hay trato posible con los terroristas". Lo mismo dijo un portavoz del Gobierno alemán, y también excluyó cualquier negociación el jefe de la Comisión Europea, Romano Prodi.