El pequeño todoterreno Spirit tenía previsto dar sus primeros pasos en Marte la pasada madrugada, según el horario europeo, aunque la NASA anunció ayer que los primeros resultados --la confirmación del éxito o del fracaso-- no se conocerían hasta entrada la mañana. Según las previsiones, la primera toma de contacto será un recorrido de tres metros, muy lejos de la autonomía máxima diaria de 100 metros, aunque suficiente para evaluar los sistemas de movimiento. El Spirit también tratará de caracterizar químicamente la zona de aterrizaje mediante la recogida y análisis de rocas.

En su búsqueda de agua, el gran objetivo de la misión, la NASA tiene previsto enviar primero el robot hacia un cráter muy cercano situado dentro de la gran llanura que es el gran cráter Gusev, la región donde aterrizó hace 11 días. El primer agujero, a 250 metros de distancia, ha sido escogido porque se supone que el objeto que lo formó, posiblemente un meteorito, pudo proyectar a la superficie materiales profundos.

La sonda Global Surveyor ha fotografiado con precisión esta zona, que mide unos 200 metros de diámetro. "Esperamos encontrar materiales que permitan establecer si Gusev fue un lago y qué tipo de condiciones tuvo el supuesto lago", explicó Steve Squyres, profesor de la Universidad de Cornell y responsable científico de la misión.

El recorrido continuará hacia unas colinas situadas a unos tres kilómetros. El Spirit no fue diseñado para tamaña distancia, pero la NASA considera que el camino ya tiene de por sí suficientes atractivos.