Japón y Corea del Norte dieron ayer un gran paso en sus relaciones. El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, se reunió en Pyongyang con el líder norcoreano, Kim Jong-il, y regresó a Tokio acompañado de los cinco hijos de los matrimonios Chimura y Hasuike, las dos parejas de japoneses que fueron secuestrados en los años 70 y 80 por el régimen estalinista y que ya regresaron a su país en el 2002, tras la primera cumbre entre ambos mandatarios. Pero la visita de Koizumi también arran- có una declaración histórica al líder norcoreano. "Kim ha asegurado que tiene la intención de desnuclearizar la península coreana", explicó el dirigente japonés.

Por su parte, Tokio se comprometió a entregar, en el plazo de dos meses, 250.000 toneladas de alimentos y 10 millones de euros en medicinas. Aunque Koizumi trató de desligar la ayuda al necesitado vecino de la vuelta de los secuestrados, es obvio que sin la resolución de este problema sería muy difícil convencer a los japoneses de la bondad de la operación. En rueda de prensa, Koizumi se refirió a la necesidad de cambiar la relación con Corea del Norte "de la hostilidad a la amistad".

EL MILITAR DESERTOR Pese a haber recibido el permiso norcoreano, las dos hijas de Hitomi Soga --la quinta secuestrada que también volvió a Japón hace casi dos años-- y su esposo, el estadounidense Charles Jenkins, no pudieron acompañar a Koizumi por el temor de que Jenkins fuera detenido y entregado a la justicia norteamericana, ya que desertó del Ejército hace 38 años. De todos modos, se acordó facilitar el reencuentro familiar en un tercer país.

En Japón cunde la impresión de que la cumbre se ha producido con más prisas de las deseables por la necesidad de Koizumi de desviar la atención del escándalo que afecta a un centenar de políticos por impagos a la Seguridad Social. Además, ha sido un golpe de efecto para enmendar su imagen, debilitada por el envío de las tropas a Irak.

Koizumi también se apuntó el tanto de haber arrancado el compromiso de Kim de que intentará arreglar la crisis nuclear "pacíficamente". En octubre del 2002, Estados Unidos acusó al régimen de Pyongyang de haber retomado su programa nuclear, violando un acuerdo bilateral firmado en 1994. Desde entonces, se han realizado varias reuniones a seis bandas (EEUU, Japón, China, Rusia y las dos Coreas) para intentar convencer al régimen norcoreano de que dejara de lado sus ambiciones nucleares, y hasta ayer no se había logrado nada.