Al menos 15 palestinos muertos y más de 50 heridos es el saldo de dos operaciones militares que ayer efectuó el Ejército israelí en la franja de Gaza. Una de ellas, la del barrio de Al Shujaiye, al este de la ciudad de Gaza, se convirtió en un duro combate callejero, la incursión más sangrienta de los últimos meses en la zona.

La operación se produjo después de que las Fuerzas Armadas expresaran sus recelos frente al plan de evacuación de los asentamientos de Gaza anunciado por el primer ministro, Ariel Sharon.

"VICTORIA DEL TERRORISMO" Decía el martes en la Kneset el responsable de los servicios secretos israelís, el general Aaron Zeevi, que la evacuación de Gaza será interpretada como "una victoria del terrorismo". Publicaba el lunes el diario israelí Maariv, citando fuentes militares, que el Ejército intensificará sus operaciones en la franja de Gaza para demostrar a los grupos de la resistencia palestina que la evacuación no es una muestra de debilidad. Y ayer mismo, el diario Haaretz informaba de que el ministro de Defensa, Shaul Mofaz, estudia mantener al Ejército en Gaza una vez se hayan evacuado los asentamientos como una carta negociadora.

DETENER A ACTIVISTAS No cabe duda de que ayer el Ejército israelí no dio muestras de debilidad en la incursión en Gaza, que tenía como objetivo detener a activistas relacionados con ataques a asentamientos. Sobre las 5.30 de la mañana, soldados, tanques, vehículos blindados y todoterrenos se adentraron en el barrio de Al Shujaiye, donde fueron tiroteados por milicianos palestinos. El resultado, varias horas de enfrentamientos, con soldados apostados en los tejados de los edificios y numerosos civiles en las calles.

Según fuentes hospitalarias de Gaza, al menos 13 palestinos murieron y otros 45 resultaron heridos. Diez de los fallecidos eran activistas. Una de las víctimas era Mohamed Hilles, el hijo de 18 años del líder de la organización Al Fatah en Gaza, y otro, Abu Sjaila, un destacado dirigente de Hamas que había escapado a varios intentos de asesinato. Además, en el campo de refugiados de Rafah, dos palestinos más murieron en el curso de otra operación militar de destrucción de túneles para el contrabando de armas.

AMENAZA DE HAMAS Poco después de las operaciones militares, Hamas amenazó en un comunicado con una oleada de atentados suicidas de "gran magnitud" contra Israel.

El entierro de los últimos muertos palestinos en Gaza se convirtió en una inmensa procesión en la que participaron unas 15.000 personas, que recorrieron las calles de la ciudad y las callejuelas del campo de refugiados de Jabalia. Con los 15 palestinos muertos ayer, ascienden a 3.760 las personas fallecidas desde el inicio de la segunda Intifada, a finales de septiembre del 2000.