Han pasado siete semanas desde que se conocieran las principales conclusiones del esperado informe sobre la trama rusa y otras tres desde que se publicara su versión redactada, pero la guerra política en Washington sigue sin amainar. Después de que la mayoría demócrata en la Cámara baja del Congreso emitiera una citación judicial para reclamar el acceso a la versión íntegra del documento preparado por el fiscal especial Robert Mueller, la Casa Blanca ha respondido anunciando que Donald Trump invocará sus privilegios ejecutivos para bloquear la entrega del informe. La decisión del presidente ha desatado una nueva tormenta política. Los demócratas han acusado a Trump de crear "una crisis constitucional" con su actitud hacia el poder legislativo.

"Cada día nos enteramos de una nueva intentona por parte de la Administración para bloquear al Congreso. Esto no tiene precedentes", ha dicho Jerry Nadler, presidente del comité judicial de la Cámara de Representantes. El informe Mueller concluyó que la campaña de Trump no cooperó con Rusia para interferir en las elecciones del 2016, pero no llegó a posicionarse respecto a un posible delito de obstrucción a la justicia. Fue el fiscal general, William Barr, quien determinó que tampoco hubo obstrucción, una interpretación que ha sido disputada tanto por los demócratas como por una legión de juristas.

Más de 720 exfiscales federales, que sirvieron bajo presidentes demócratas y republicanos, han firmado una carta donde dicen que, de no ser presidente, Trump habría sido acusado de obstrucción en base a las pruebas que aporta el informe Mueller. Esa opinión ha reforzado la determinación de los demócratas para tener acceso a las 448 páginas del informe y también a las pruebas recabadas por el fiscal especial y su equipo de investigadores para elaborarlo. Pero ni el Departamento de Justicia ni la Casa Blanca ni la bancada republicana en el Congreso están por la labor. Quieren pasar página cuanto antes, a pesar de las dudas legítimas que ha planteado la interpretación de Barr.

BARR, DECLARADO EN REBELDÍA

"Ni la Casa Blanca ni el fiscal general Barr cumplirán con las demandas ilegales y temerarias de Nadler", ha dicho la portavoz del presidente, Sarah Sanders. Ante el muro levantado por la Administración, el comité judicial que preside Nadler ha declarado en rebeldía a Barr por su rechazo a entregarles el informe, un primer paso para trasladar la batalla política a los tribunales ordinarios. Los demócratas anhelan la versión íntegra del informe y las pruebas obtenidas por Mueller para avanzar en sus pesquisas por un presunto delito de obstrucción que han abierto en el Congreso. Todo sugiere que, con su negativa a entregárselo, la Casa Blanca tiene algo que ocultar.