A Donald Trump no se le pone nada por delante y mucho menos una cumbre de líderes de la OTAN. El presidente de Estados Unidos no esperó a subirse en el Air Force One para dinamitar la reunión y obligar a la Alianza Atlántica a alterar la agenda de ayer para hablar, por segundo día consecutivo aunque no estaba previsto, de su tema favorito: el aumento del gasto en defensa. Tras dos días de amenazas, duros reproches y mucha escenificación, el excéntrico multimillonario se marchó cantando victoria y presumiendo de que gracias a su buen hacer los aliados invertirán más y más rápido.

«Les he dicho que estaba extremadamente descontento» pero «al final todo ha quedado bien aunque ha sido un poco duro durante un rato», aseguró en una inusual y larga conferencia de prensa. «Hemos logrado progresos enormes. El dinero adicional es increíble. Estamos llegando a cifras que nunca habíamos visto antes», añadió. Los miembros de la OTAN se comprometieron en la cumbre de Gales del 2014 a dedicar el 2% del PIB a gasto en defensa en 2024. Un porcentaje al que solo llegarán este año 8 países. Para Trump es algo inaceptable y lleva meses repitiéndolo.

ACUSACIONES A MERKEL / El miércoles, atacó con virulencia a Berlín a quien acusó de enriquecer a Rusia por pagar «millones» por su gas, reclamó a sus socios un aumento inmediato del gasto hasta el 2% y advirtió la necesidad de incrementarlo nada menos que al 4% del PIB. Ayer, pese a su canto victorioso, fueron varios los mandatarios que le recordaron que cumplirán los prometido en el plazo previsto. Entre ellos, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez: «Lo que hace el Gobierno es asumir la hoja de ruta que fue marcada en cumbres previas por el anterior Gobierno y en nuestro ánimo estará llegar a esos objetivos en el año 2024», dijo en su estreno.

Es la primera vez que Sánchez asume el objetivo del 2% y también la hoja de ruta que la exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, envió en diciembre a la OTAN detallando el plan español de alcanzar el 1,53% del PIB. Lejos todavía del 2% pero muy por encima del 0,93% previsto para este 2018.

Inicialmente la agenda incluía una reunión con los líderes de Ucrania y Georgia. La obsesión de Trump con el gasto en defensa obligó a modificar el habitualmente estricto programa. Y es que, en vez de hablar sobre el asunto, el líder de la principal potencia utilizó su turno de palabra para arremeter con dureza contra los países que, a juicio de él, no gastan lo suficiente y amenazó con graves consecuencias si no cumplen. Es el caso de Bélgica y de España, pero sobre todo de Alemania. Por segundo día, Trump personalizó su ataque en la cancillera Angela Merkel a quien interpeló directamente.

En tono conciliador, según fuentes diplomáticas, Sánchez tomó la palabra para defender que además del gasto hay que tener en cuenta las contribuciones a misiones y las capacidades de los aliados. Visto el peligroso viraje, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, optó por suspender la reunión y convocar un encuentro extraordinario del Consejo Atlántico. «Sentí, todos sentimos, que necesitábamos más tiempo para tener una buena discusión sobre el reparto de la carga y terminar el debate», se justificó echando de nuevo un capote al estadounidense.

Algunas fuentes especularon sobre la posibilidad de que Trump pudiera sacar a su país de la OTAN. Macron aseguró no haber escuchado esa amenaza pero Trump no lo negó.