Donald Trump presentó el jueves una hoja de ruta para reabrir gradualmente la economía de Estados Unidos y anunció que los primeros estados podrían hacerlo antes incluso del 1 de mayo. El plan deja finalmente a discreción de los estados la decisión de cómo proceder, solo unos días después de que el presidente dijera tener “autoridad absoluta” para dictar los tiempos, en contra de la opinión de los juristas y muchos gobernadores. “Los estadounidenses quieren abrir”, dijo Trump en la Casa Blanca. “Necesitamos una economía que funcione y queremos hacerlo muy rápido”. Las prisas del republicano han sido una constante, a pesar de las advertencias de los expertos sanitarios, que consideran que el país no cuenta todavía con la capacidad diagnóstica para reabrir con seguridad.

Las recomendaciones de la Casa Blanca no incluyen fechas ni son vinculantes, por lo que serán los gobernadores los que marquen los tiempos en función de la evolución de la epidemia en sus respectivos estados. Esa descentralización, que ha sido la norma desde que comenzó esta crisis --no siempre con buenos resultados--, permitirá que aquellas zonas donde la transmisión del patógeno es más baja recuperen con más rapidez una suerte de normalidad mientras en otros estados se mantienen las restricciones. El criterio establecido para iniciar la reapertura, concebida en tres fases, pasa por encadenar durante 14 días una trayectoria descendiente de positivos o casos documentados de covid-19. El plan requiere también que los hospitales funcionen con cierta normalidad y haya suficientes pruebas de diagnóstico para los sanitarios.

Paso a paso

“No abrirá todo al mismo tiempo, sino que iremos cuidadosamente paso a paso”, explicó Trump en la rueda de prensa del jueves. En la primera fase se permitirá la reapertura de lugares concurridos como los restaurantes, gimnasios, centros de culto o los estadios deportivos siempre que sean capaces de mantener una estricta distancia de seguridad. Quedan excluidos los centros educativos y los bares. No se recomendará socializar en grupos de más de 10 personas, se seguirá promoviendo el teletrabajo cuando sea posible y los individuos vulnerables tendrán que seguir confinados.

El criterio para entrar en la segunda fase es que no haya un rebrote de la epidemia. Será entonces cuando reabran colegios, universidades y actividades juveniles. También los bares, aunque con ciertas restricciones. Podrán reanudarse asimismo los viajes no esenciales y las cirugías no indispensables en los hospitales. Se seguirá promoviendo la distancia social, aunque aceptando las concentraciones de hasta 50 personas.

Ya en una tercera fase se volverá a los centros de trabajo sin restricciones y las personas vulnerables podrán abandonar las cuarentenas, aunque evitando los lugares concurridos donde no sea posible mantener las distancias. Pocos se atreven a ponerle fecha a esa relativa vuelta a la normalidad, que se antoja todavía lejana en un país con 675.000 casos de coronavirus y casi 35.000 muertos, una cifra de fallecidos proporcionalmente bastante más baja que la de España e Italia. “Tenemos que asumir que podrían darse algunos retrocesos”, reconoció el epidemiólogo Anthony Fauci, el principal asesor médico de la Casa Blanca.

Escasez de pruebas de diagnóstico

Uno de los grandes problemas que tiene actualmente el país es la escasez de pruebas de diagnóstico, por más que Trump dijera ayer que EEUU tiene “el sistema de pruebas más avanzado y robusto del mundo”. De acuerdo con el Covid Tracking Project, hasta ahora se ha hecho el PCR a 3.3 millones de estadounidenses, lo que equivale aproximadamente al 1% de la población. Los test de anticuerpos, importantes para averiguar qué personas han superado la enfermedad de forma asintomática, acaban prácticamente de empezar a desplegarse.

Trump afirmó que 29 estados están casi listos para iniciar la primera fase de la reapertura. Muchos de ellos se están organizando para hacerlo de forma coordinada. Siete estados del Medio Oeste anunciaron el jueves sus intenciones de coordinar su reapertura, algo que ya han hecho otros estados del noreste y el oeste del país.