No hubo grandes acuerdos en los principales contenciosos entre Rusia y EEUU, ni se esperaban. Tampoco se oyeron declaraciones salidas de tono que supusieran una merma adicional en el compromiso defensivo de Washington con sus aliados europeos, días después de que la OTAN viviera una agitada cumbre multilateral en Bruselas debido a las arremetidas del líder de la Casa Blanca contra Alemania.

Pero lo que no logrará la primera cumbre bilateral entre los presidentes de EEUU, Donald Trump, y Rusia, Vladímir Putin, celebrada este lunes en Helsinki, es hacer desvanecer las sospechas que se ciernen sobre las relaciones de ambos mandatarios, precisamente en un momento en que en EEUU se investiga la posible colusión del entorno del magnate neoyorkino con el Estado ruso para derrotar a su oponente demócrata, Hillary Clinton, en las presidenciales del 2016. Más bien las acrecentarán.

En contraste con lo sucedido en la capital belga y después con motivo de su viaje al Reino Unido, donde reprendió a la primera ministra Theresa May por su gestión del 'brexit', Trump desplegó en todo momento, en la capital finlandesa, un tono conciliador y amistoso, lejos de las diatribas iracundas de días anteriores. Tal y como constató un académico que prefiere el anonimato, cuando el presidente de EEUU se halla en presencia de sus aliados europeos, les habla "como un padre que reprende a sus hijos", cuando está junto al líder del Kremlin, se trata de un diálogo "entre iguales".

Contraste del lenguaje

El contraste en el trato dispensado y el lenguaje empleado en una y otra situación no puede ser más evidente. El domingo, en una entrevista televisada, caracterizó a la UE, rival comercial de EEUU, como un "enemigo". En cambio, en Helsinki, cuando un periodista le preguntó acerca de las aspiraciones de Washington de incrementar sus exportaciones de gas licuado a la UE en detrimento de Rusia, principal proveedor de energía de Europa, Trump calificó al país eslavo de "buen competidor".

La cumbre certificó el fin del relativo aislamiento al que se ha visto abocado el líder del Kremlin desde la anexión de Crimea y el arranque de la guerra en Ucrania en el 2014, y refuerza su papel como líder indispensable en los asuntos mundiales, pese a controversias no resueltas como el derribo de un avión malasio por una batería del Ejército ruso o el asesinato de disidentes rusos en el extranjero. "Putin y yo vamos a solventar muchos problemas, afrontándolos juntos", ha declarado el magnate neoyorkino durante la rueda de prensa. "El diálogo productivo es una oportunidad para abrir nuevos caminos de paz y estabilidad en el mundo", ha continuado Trump, expresando sus intenciones futuras.

La injerencia rusa en las pasadas elecciones presidenciales norteamericanas fue el principal tema abordado durante la comparecencia ante los medios. El presidente norteamericano renunció a cualquier declaración que pudiera interpretarse como condenatoria hacia su interlocutor y y centró sus descalificaciones en la actuación del fiscal general, Robert S. Mueller. "No veo ninguna razón para creer" que los rusos han interferido en los comicios, ha declarado el presidente norteamericano. "El presidente ruso disputa con fuerza" las acusaciones de pirateo, ha continuado, antes de arremeter contra la investigación: "Es un desastre que ha tenido consecuencias negativas para las relaciones entre las dos principales potencias nucleares del mundo".

"Estupidez" y "tontería" en EEUU

Posteriormente, un reportero le recordo a Trump un tuit previo a la reunión, reproducido incluso por el Ministerio de Exteriores ruso en tono laudatorio, en el que hacía recaer toda la responsabilidad del mal estado de las relaciones con Moscú a la "estupidez" y "tontería" en EEUU. Acto seguido, le preguntó si la parte rusa no tendria también alguna culpa, obteniendo una respuesta fue vaga y poco contundente: "Ambos países son responsables; todos hemos sido tontos".

Putin, por su parte, ha admitido que prefería una victoria electoral de Trump, y ha ofrecido la posibilidad de que los investigadores estadounidenses acudan a Rusia e "interroguen" a los 12 agentes del GRU recientemente acusados por el gran jurado en EEUU, evitando responder a la pregunta formulada por un periodista de si aceptaría que fuesen extraditados. Coincidiendo con la reunión de Helsinki, una ciudadana rusa fue detenida e imputada en Washington por trabajarpara favorecer los intereses del Kremlin en calidad de agente de manera ilegal, informó el Departamento estadounidense de Justicia

La actitud de Trump ante Putin, a quien dio más credibilidad que a sus servicios de espionaje, provocó una tormenta en Estados Unidos, sobre todo en las propias filas republicanas. El jefe de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano Paul Ryan, pidió a Trump, que entienda que Rusia no es su "aliado" . Por su parte, el senador John McCain habló de "uno de los peores días en la historia de la presidencia estadounidense".