La presión de EEUU para forzar la salida de Nicolás Maduro del poder no se detiene. En momentos en los que los vuelos internacionales a Caracas amenazan con transformarse en una excepcionalidad, Washington quiere ir más lejos en sus sanciones e impedir el comercio de combustible para aviones civiles o militares con destino a Venezuela. Un primer indicio tuvo lugar días atrás cuando no pudieron utilizarse dos naves en Lima que debían llevar de vuelta al país caribeño a 180 personas que intentaron radicarse en Perú. Hasta el momento, la venta de diésel a Venezuela es considerada legal por la Administración Trump debido a razones humanitarias. La noticia se conoce cuando los problemas para la obtención de gasolina aumentan de manera alarmante. En un país que vive de sus exportaciones de crudo y que cuenta con las reservas de petróleo más grandes del planeta.