Lejos de apaciguarse, las tensiones interétnicas en la ciudad petrolera de Kirkuk, en el norte de Irak, se reavivaron durante la jornada de ayer. La representante turcomana en el Consejo de Gobierno iraquí, Songul Chapuk, exigió el desarme de las milicias kurdas en la ciudad y reclamó a los partidos de esta etnia que pospongan sus demandas de anexionar la ciudad al Kurdistán autónomo.

Entretanto, las tropas norteamericanas confiscaron numerosas armas en la sede local del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), al tiempo que un agente policial kurdo y un guarda de esa misma etnia resultaron heridos por disparos de misiles katiusha contra la sede de uno de los partidos kurdos.