Finalmente, cinco días después del accidente minero en Soma, el mayor de la historia de Turquía, se han producido las primeras detenciones de supuestos responsables del siniestro. Según los medios turcos, 24 personas vinculadas a la compañía propietaria del pozo, Soma Holding, fueron arrestadas por «negligencia» en la prevención del accidente, aunque no se descarta que la cifra aumente en los próximos días.

Entre los detenidos se encuentran el director general de la mina, Ramazan Dogru; el director de operaciones, Akin Çelik, y el subdirector financiero del grupo Soma Holding, Ali Ulu. También habrían sido detenidos varios ingenieros y técnicos de la mina según informó a los medios un diputado opositor.

A pesar de que la empresa propietaria había asegurado cumplir con todas las normativas laborales y de seguridad y de que el Gobierno dirigido por el primer ministro conservador Recep Tayyip Erdogan afirmó haber llevado a cabo las inspecciones pertinentes, los testimonios de los mineros supervivientes pintan una situación muy diferente, en la que la seguridad ha sido dejada a un lado para ahorrar costes: falta de refugios para casos de accidente, mala ventilación, ausencia de planes de evacuación, máscaras de oxígeno estropeadas y un largo etcétera.

Más irregularidades

De hecho, el informe preliminar de un experto en seguridad de minas, citado por el diario Milliyet, señala nuevas irregularidades, como que las vigas de soporte de los túneles estaban hechas de madera y no de metal y que existían pocos sensores para detectar escapes de monóxido de carbono.

Asimismo, uno de los mineros supervivientes relató ayer a los medios que 17 días antes del accidente uno de los técnicos de la mina accidentada se había quejado del pobre estado del cableado eléctrico. «Escuché a mi amigo Ergun Sidal, que trabajaba como electricista, decirle al supervisor de nuestro turno que los cables no aguantarían. Dijo que seguramente habría algún accidente que llevaría al desastre. Siempre nos decía: 'Todos moriremos aquí, algún día tendrán que sacar nuestros cadáveres de esta mina'. Todo ha ocurrido como dijo», denunció el minero Mehmet Ali Dinçer.

Por ello, el Ejecutivo turco se ha visto obligado por la presión de la calle y de la oposición a iniciar una investigación en toda regla y prometer que los culpables serán perseguidos. Algunos medios avanzaban ayer que incluso el presidente de Soma Holding, Alp Gürkan, también habría sido detenido aunque el diario Hürriyet lo atribuye a un caso diferente al de la mina. Según este medio, la Fiscalía de Estambul habría imputado a Gürkan por un fraude ligado a la compra de varias propiedades.

Gürkan era hasta hace unos años un pequeño empresario minero pero su grupo se ha convertido rápidamente en uno de los mayores del país gracias a las privatizaciones hechas por el Gobierno de Erdogan y a la reducción de costes de explotación. «Extraer una tonelada de carbón costaba 130 dólares cuando esta mina era pública. Ahora lo hacemos por 23,80 dólares», se vanagloriaba Gürkan en 2012.

Los apoyos

Algunos medios turcos denuncian que el rápido crecimiento de este empresario minero tuvo que ver con el apoyo del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), liderado por Erdogan, para hacer competencia al otro gran grupo empresarial con intereses en las minas, Çiner Holding, que también controla importantes medios de comunicación y que es considerado por los islamistas turcos menos cercano a sus tesis. De hecho, la mina accidentada fue adquirida al grupo Çiner, que de acuerdo a los mineros de Soma abandonó la explotación por el grave riesgo que presentaban las enormes bolsas de gases tóxicos del pozo.

Además, familiares de los directivos de Soma Holding tienen conexiones o cargos en el propio AKP y el carbón que este partido islamista ha repartido entre las familias pobres antes de cada una de las elecciones de los últimos años había sido donado por la empresa de Gürkan, según la prensa turca.

Por otro lado, el ministro de Energía, Taner Yildiz, dio ayer por finalizada la operación de rescate. «El último cuerpo ha sido recuperado», dijo, estableciendo la cifra total de víctimas en 301. La boca de la mina ha comenzado a ser tapiada con un muro de ladrillos y cemento ante las quejas de muchos, que aseguran que aún quedan cadáveres en el interior. Las primeras estimaciones tras el accidente hablaban de entre 350 y 400 muertos y algunos medios han asegurado que hasta 321 cadáveres han sido enterrados hasta el momento. Yildiz afirmó que si hace falta «la mina volverá a ser registrada» y, una vez se concluya la identificación de los cuerpos, se comparará con las denuncias de los familiares.

Solidaridad

La tragedia de Soma ha llevado a una ola de solidaridad en todo el país. Las víctimas fueron recordadas en todos los partidos de fútbol del fin de semana y los jugadores del Galatasaray de Estambul saltaron al campo con cascos de minero. La estrella del equipo, Didier Drogba, ha decidido donar un millón de euros a los familiares de los fallecidos. «Soy embajador de buena voluntad de la ONU y haré todo lo que pueda por ayudar a la gente de Soma», afirmó el futbolista de Costa de Marfil.