"Amigo mío, presidente Putin, me hace estar muy contento hospedarte en Estambul para un evento tan importante. El Türkstream es solo la última parte de nuestra estrecha colaboración. Es un proyecto histórico", ha dicho el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, este miércoles, ante un centro de congresos lleno para asistir a la inauguración de un nuevo gasoducto que une Rusia y Turquía El fervor en las gradas era tal que el presidente turco apenas podía hablar.

A su lado, Vladímir Putin le escuchaba sonriente. Delante de los mandatarios, les esperaba una tubería enorme. En pocos minutos, con toda la parafernalia posible, ambos girarían una manivela, e inaugurarían el gasoducto Türkstream, que conecta a ambos países a través del mar Negro. El conducto pretende enviar gas ruso a Europa evitando cruzar territorio ucraniano. Moscú y Kiev llevan en conflicto desde el 2014 por la guerra en el Donbás y la anexión que Rusia hizo de la península de Crimea.

"La apertura del Türkstream es un evento importantísimo tanto para nosotros como para Europa y el mundo. En el panorama internacional vemos tensiones, conflictos y tendencias graves. Pero aquí estamos nosotros, cooperando y mostrando que hay otra forma. Que así siga", ha dicho Putin.

Putin llegó a Estambul este martes por la noche. Por sorpresa para todos, el presidente ruso no llegó en avión desde Moscú, sino que lo hizo desde Damasco. Putin, pasó la Navidad ortodoxa es el 7 de enero, según el calendario juliano en Siria, visitando el comando central de operaciones ruso allí y reuniéndose con el presidente sirio, Bashar al Asad, su aliado.

Es posible que Putin haya entregado a Erdogan algún mensaje de parte de Asad, dado que ambos presidentes cortaron relaciones diplomáticas tras el inicio de la guerra. En la actualidad, Damasco con el apoyo ruso está llevando a cabo una ofensiva sobre Idleb, donde hay destinados algunos destacamentos de soldados turcos, cuya misión allí es cumplir un alto el fuego que nadie nunca, ni oposición, ni régimen ni Rusia, ha cumplido.

LIBIA, SOBRE LA MESA

El encuentro entre Putin y Erdogan ha dado mucho de sí. "Hemos decidido tomar la iniciativa y, como intermediarios, hacer un llamamiento a todas las partes en Libia para que paren las hostilidades a partir de las doce de la noche del domingo 12 de enero, declarar un alto el fuego, e inmediatamente después encontrarnos en la mesa de negociaciones", han declarado, tras las reuniones, los ministros de Asuntos Exteriores ruso y turco, Serguei Lavrov y Mevlüt Çavusoglu, que acompañaban a sus líderes.

En la guerra de Libia adonde Turquía aprobó mandar tropas la semana pasada, los dos países apoyan a facciones contrarias: los turcos, al gobierno reconocido por la ONU de Fayez Al Sarraj; los rusos, al general sublevado Jalifa Haftar.

En la reunión bilateral, Putin y Erdogan también han hablado de la enorme tensión que vive Oriente Próximo por el conflicto entre los EEUU e Irán. Ambos presidentes han llamado a la calma. "Vivimos momentos complicados ha dicho Erdogan. No nos gusta lo que vemos, y estamos utilizando todas nuestras fuerzas diplomáticas para rebajar las tensiones, y nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores está mediando en la sombra entre Irán y los EEUU".

En la apertura del Türkstream han participado también los presidentes de Serbia y Bulgaria, países por los que también pasará el gasoducto. Pero han sido invitados de piedra: no se les ha invitado a hablar y casi nadie se ha acordado de ellos. Las estrellas, este miércoles, eran solo Erdogan y Putin.