Al menos 41 personas murieron ayer en una pequeña población iraquí cercana a la frontera con Siria como consecuencia de los bombardeos de un helicóptero norteamericano contra una boda, según informaron la agencia AP y la cadena Al Arabiya, con sede en Dubai, citando a testigos. Un portavoz de EEUU en Bagdad se limitó a reaccionar diciendo que se había abierto una investigación, mientras que, desde Washington, fuentes del Pentágono negaron las acusaciones y dijeron que no se trataba de civiles, sino de insurgentes.

De confirmarse las acusaciones, constituirían un nuevo revés para la credibilidad de EEUU en Irak, después del escándalo de las torturas a presos iraquís y las incursiones de blindados en los lugares santos shiís.

ANTES DEL AMANECER Según la cadena de los Emiratos Arabes Unidos, entre las víctimas se encuentran mujeres y niños. El suceso tuvo lugar poco antes del amanecer en la localidad de Makr al Deeb, junto a la frontera con Siria. Las imágenes mostraban a hombres cavando tumbas, entre los llantos de los familiares, y cadáveres amontonados en una carretera. Testigos no identificados acusaron a la aviación norteamericana de dejar caer "más de 100 bombas". "Impactaron en dos casas donde se estaba celebrando la boda", añadió. Otras fuentes explicaron a France Press que los invitados, como es habitual en las bodas árabes, hicieron varios disparos al aire.

La porosa frontera con Siria se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de las tropas estadounidenses. Los mandos creen que, desde el vecino país, se infiltran extremistas de la región para unir sus fuerzas a los combatientes en Irak. Un agente de la policía iraquí informó a la agencia AP que la cifra de muertos oscila entre 42 y 45.

ERROR ANTERIOR No es la primera vez que el Ejército de EEUU provoca por equivocación una matanza de civiles. Un error de la aviación también acabó en tragedia en una boda que se celebraba en agosto del 2002 en Afganistán. Al menos 40 civiles murieron. Washington se limitó a reconocer que una de sus bombas había errado el rumbo.

Por otra parte, el presidente de EEUU, George Bush, se disponía anoche a recibir al primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, para dejar bien atada la continuación de la presencia de los 3.000 militares italianos en Irak, cuando los italianos piden que regresen a casa.