El mismo día en que Rusia se anexionó Crimea, la tensión entre Moscú y Kiev subió unos cuantos grados con un grave incidente armado. Un soldado ucraniano murió y otro resultó herido por disparos de supuestos soldados rusos que atacaron su base en Simferópol, la capital de la disputada península. El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, afirmó que el conflicto había pasado «de una fase política a una fase militar». «Hoy las tropas rusas han disparado contra nuestros soldados. Es un crimen de guerra», añadió.

Pocas horas después, el Ministerio de Defensa emitió una orden por la que, a partir de ahora, los militares ucranianos estacionados en Crimea están autorizados a utilizar las armas para proteger sus vidas. Hasta ahora, los soldados ucranianos tenían instrucciones de no responder a ninguna provocación.

Los militares siguen acuartelados en sus bases en Crimea y cercados por las fuerzas rusas. Los mandos militares de ambos lados habían llegado a una tregua hasta el viernes. Al igual que hombres uniformados sin insignias, que todo el mundo sabe que son soldados rusos pero no se identifican como tales, tomaron las instalaciones estratégicas de Crimea hace tres semanas, tampoco está claro quién disparó ayer.

EL UNIFORME / Un portavoz militar ucraniano en Crimea dijo que los atacantes iban «plenamente equipados y con sus rostros cubiertos». Según un comunicado del Ministerio de Defensa en Kiev «los agresores llevaban el uniforme de los militares rusos e iban armados con metralletas y fusiles con mira telescópica».

El presidente ucraniano, Alexander Turchinov, afirmó que el presidente ruso, Vladimir Putin «es personalmente responsable de la sangre vertida por los militares ucranianos». Turchinov acusó además a Putin de «seguir el ejemplo de la Alemania nazi al anexionarse territorios de otros estados», en referencia a Crimea.

Como no podía ser de otra forma, la anexión de Crimea por parte de Rusia enfureció a Kiev. El presidente Turchinov afirmó que «Ucrania no reconocerá jamás» dicha anexión y, aunque resultara innecesario dado el rechazo internacional prácticamente unánime que ha suscitado la decisión de Moscú, el Ministerio de Exteriores ucraniano pidió al mundo que tampoco la reconozca.

Algunos dirigentes ucranianos abogan por que, más allá de las condenas, el Gobierno pase a la acción. Así, el exboxeador Vitaly Klitschko, que jugó un papel clave en la revuelta proeuropea y lidera el partido Udar, pidió que Ucrania rompa las relaciones diplomáticas con Rusia.

En un intento desesperado de evitar lo inevitable y de tranquilizar a los ciudadanos rusófonos de Ucrania, Yatseniuk hizo una declaración en ruso (no en ucraniano) a través de la televisión, antes de que Putin pronunciara su discurso. El primer ministro aseguró que Ucrania no entrará en la OTAN -una de las pesadillas de Moscú- y prometió una mayor descentralización del país.